Sí, revienta el volcán, hay enamorados, peleas, carreras, bolas de fuego, más peleas, más carreras, enamorados, etcétera. Una especie de compendio de cine de gladiadores más cine catástrofe más aventura romántica de parte del artesano Paul W.S. Anderson, especialista en films de aventuras sin pretensiones (ni él ni las películas, que tienen la sana costumbre de contar aquello que prometen). Un poquito prosaica, por cierto, pero disfrutable.