Cuando una película grande viene “callada” como lo hizo Pompeii da para la sospecha. O sea, muy poco antes del estreno se conocieron imágenes y trailers y cuando esto ocurre suele decirse que se está ocultando porque no es buena. Y por suerte ocurre todo lo contrario dado a que es una propuesta más que entretenida.
Seguramente ese retraso promocional se debió a ajustados tiempos de producción, se ve que llegaron a terminarla sobre la fecha y por suerte Paul W. S. Anderson supo cumplir una vez más con lo que mejor sabe hacer: grandes secuencias de acción y despliegue de efectos visuales.
Pompeii es eso y no hay que buscar más, para trazar un paralelo vendría a ser como un capítulo edulcorado y ATP de la famosa y exitosa serie Spartacus. Porque aquí también nos encontramos con gladiadores enfrentados contra sus opresores romanos y vínculos entre sus personajes.
Ya desde el poster se puede apreciar que la historia de amor entre el protagonista principal y la chica que no puede tener porque él es un esclavo y ella de la realeza. Eso juega un lugar central. ¿Un cliché? Si, ¿Mal utilizado? No.
La verdad que el carisma de Kit Harington, conocidísimo por ser Jon Snow en la serie Game of Thrones, sobrelleva con altura los lugares comunes e incluso resalta al resto del elenco, como la bellísima Emily Browning y el villano que compone Kiefer Sutherland.
El uso de la tragedia real e histórica de la erupción del volcán que exterminó a toda una ciudad es una gran excusa para darle un condimento más y crear un híbrido entre película épica y cine catástrofe con saldo positivo.
Pompeii no descubre nada nuevo ni pasará a la historia, pero está bien hecha y entretiene de lo lindo. Si te gustan este tipo de películas es una gran opción para disfrutar en el cine.