Un guionista experimentado, su aprendiz y un director de cine comienzan a imaginar una película de gángsters que transcurra en los márgenes del Buenos Aires actual. En reuniones sucesivas, va quedando claro que la sofisticación intelectual del primero –quien preferiría más Borges y tragedia griega que la sangre, el sudor y las balas con que se entusiasman los otros dos– no tendrá lugar en el guión final. Paralelamente, aparece la película imaginada: un policial violento hasta el gore, con personajes de nombres exóticos (como Dylan, el héroe del bajo mundo que queda en medio de una guerra entre mafiosos rusos y coreanos), que transcurre en un barrio de Pompeya mítico y cosmopolita. Ahora en solitario, Garateguy extrema algunos de los postulados de UPA!, para cruzar con inteligencia la crónica ácida de la trastienda del cine local con una de gángsters hecha y derecha, y obtener resultados más extraños que la ficción. (Ah, y abran bien los oídos para escuchar increíbles versiones orquesta