Mucho más que unos one hit wonders.
El primer disco de Banda de Turistas abría con una gran canción cargada de psicodelia luminosa que no respetaba los cánones radiales, y seguía con un puñado de temas con reminiscencias de rock nacional setentoso, pero con la esencia y el formato tanto del indie actual como del de los noventas, todo teñido de una impronta personal portadora de la belleza de las particularidades. La aceptación del público y de los medios poderosos del circuito musical, además del reconocimiento de otros artistas, les llegó bastante más rápido que a la mayoría de las bandas en ascenso; y en ese exacto momento en el que muchos de esos que no salen de su casa hablaban del estancamiento del rock y de los pocos nuevos surgimientos a nivel masivo, a Banda de Turistas le encargaban un hit.
Santiago Charriere nos hace partícipes de los momentos íntimos de la creación del disco Lo que más querés, y nos lleva de viaje con la banda durante esa etapa de la pegada definitiva, del gol al ángulo. Nos metemos por un rato en la vida de un grupo de chicos a los que les está yendo bien y se les nota; Charriere puede captar esas buenas vibras y ligarlas a una narración que sin tener sobresaltos consigue interesar. Los pedidos de hit y de grabación de disco por parte del monopolio del bubblegum nac&pop radial -sí… PopArt- están representados por Luis Luque durante los únicos momentos de ficcionalización explícita. Esas secuencias aportan una cuota de humor que funciona y demuestran que el director se puede manejar igual de bien en la ficción que en el documental.
Charriere realiza un trabajo de observación pero con toques gonzo; se mete en el micro con ellos y los acompaña en el hermoso compromiso de la gira, en el estudio con el hacedor de melodías amigables Juanchi Baleirón, en algún que otro escenario porteño y hasta en un asado. Sin la ayuda de entrevistas ni muchos planos cerrados, logra captar a la perfección los distintos estados de ánimo de los músicos: desde la timidez al personaje del escenario, desde la felicidad genuina al tedio del laburo hasta la madrugada. Charriere hace un rockumental sensible, con la lindura de la simpleza y un corazón grandote que da indicios de su amor por lo que filma.