La intimidad de Banda de Turistas
En principio, parecería que no tiene mucho sentido ver un documental si no es por interés en su temática, pero, como sucede también con la ficción, hay varios casos en los que una sólida construcción del relato permiten disfrutar de una película sobre algo que no nos fascina en particular.
Poner al rock de moda supera esa prueba, con una narrativa bastante ajustada y una estética muy bien trabajada, que incluye imágenes filmadas en Súper 8 y otras grabadas en video. No importa tanto si al espectador le gusta la música de Banda de Turistas, aunque si es fanático seguro le resultará más fascinante, porque el documental de Santiago Charriere genera suficiente interés propio con su retrato de la vida de gira y las grabaciones de discos de una banda de rock en ascenso.
La película funciona mejor cuando se atiene a una serie de escenas cortas que muestran los detalles de la cotidianidad de la gira, tanto los shows en lugares tan diversos como un boliche o una plaza, como los tiempos muertos en los que los miembros de la banda miran televisión, guardan los bolsos en el colectivo o dan entrevistas. La acumulación de esos momentos presenta un panorama general de la realidad de banda, que se completa con las menos divertidas escenas de grabación en estudio.
La inclusión de breves y mudas intervenciones del gran Luis Luque, jugando al manager magnate que insta a los integrantes de Banda de Turistas a hacer un hit, es un recurso ficcional simpático, que lleva al documental a una reflexión sobre las decisiones que tiene que tomar el grupo sobre lo que quieren para su carrera y su música.