El más reciente drama del director y guionista François Ozon, con capital franco-belga, se basa en los crímenes de acto sexual por parte del sacerdote francés Bernard Preynat, quien fue expulsado del estado clerical por el Tribunal eclesiástico el pasado 4 de julio: meses después de los estrenos mundiales de este film en febrero y en los países de Bélgica, Berlín y Francia.