Road movie entre dos países, Por la ventana, ópera prima de Caroline Leone, ganadora del Premio FIPRESCI en el reciente Festival de Rotterdam, plantea un viaje personal que tiene mucho de existencial.
Las películas ruteras ya son un subgénero en sí mismo. Un punto de inicio, un destino, y un trayecto en el medio en el que cualquier cosa puede pasar. Se aplica a varios géneros, estilos, y personajes. En el caso de Por la ventana, el tono elegido es el intimista calmo, y el género es el drama o la comedia dramática; lo que resalta acá son los personajes, o el personaje.
Rosalía (Magalí Biff) trabaja en una planta de reactores eléctricos en San Pablo, Brasil. De edad ¿avanzada?, 65 años para ser exacto, un buen día la empresa decide despedirla, y su mundo se derrumba.
Empieza una nueva etapa en la vida de Rosalía, una etapa con mucho tiempo libre, pero que ella lo vivirá con la pesadumbre de la mirada de lo que ya no está y el poco hilo que queda en el carretel. Rosalía entre en un pozo de angustia complicado, y será su hermano, Zé (Cacá Amaral) quien la invite a un viaje, con la excusa de un trabajo que debe realizar este, hacia Buenos Aires.
Este viaje, servirá a modo de reunión, y también cambio de actitud en la vida de Rosalía. Con varias paradas obvias en el medio. Leone se mete en la intimidad de esta mujer que siente que el capítulo principal de su vida se cerró y que entró en un triste epílogo; lo hace en un ritmo lento, pero de tono amable y cálido.
Los lazos entre Rosalía y Zé serán los que potencien el relato, con la ayuda de convincentes interpretaciones por parte de Biff y Amaral.
Si bien no hay un gran despliegue técnico las imágenes hablan por sí solas, sin grandes adornos, y transmitiendo los cambios en la personalidad de Rosalía. Sin embargo, algo hace que Por la ventana no termine explotando todo el potencial de su sencilla premisa.
La historia de Rosalía se presenta con una capa algo superficial. Cada historia debe ubicarse dentro de su contexto. Por momentos, Por la ventana hace recordar a aquellas películas europeas con personajes (casi siempre femeninos) entrando en la tercera edad, con dramas familiares y una incertidumbre sobre el qué hacer con ese tiempo que antes se ocupaba con distintas actividades.
Esas historias suelen funcionar muy bien… en el contexto de esos países, de esas sociedades con una idiosincrasia y una realidad diferente a la de esta región.
Por la ventana aborda los localismos del idioma portugués y el español, alguna rencilla entre países, y posee ese colorido propio del trayecto – aunque intencionalmente algo opacado para transmitir las sensaciones de su protagonista –.
Pero los temas a abordar dentro de una mujer que afronta una etapa ulterior de su vida parecieran quedar algo chicos respecto a otras posibilidades en las que podría haber avanzado. Caroline Leone afronta una ópera prima correcta, sensible en los temas que aborda, y con dos personajes que captan la atención del espectador. Con una mirada algo más aguda los resultados serían realmente superiores.