La historia funciona sólo por momentos por la sucesión de gags que van construyendo la rivalidad entre los protagonistas. A las morisquetas de Byran Cranston, como el padre, se suma la desbordada energía del personaje que encarna James Franco.
Un padre de familia se ve obligado a conocer y pasar unos días con el novio de su hija en esta comedia navideña dirigida de John Hamburg, el mismo director de Mi novia Polly y que también fuera responsable del guión de Los Fockers: La familia de mi esposo.
Si en aquella Ben Stiller y Robert De Niro se enfrentaban de manera desopilante, en ¿Por qué él? Ned Fleming -Bryan Cranston, de la serie Breaking Bad- debe evitar que su amada hija Stephanie -Zoey Deutch- se case con su vulgar y millonario novio Laird Mayhew -James Franco-, dueño de un estilo de vida muy particular y de una empresa de videojuegos.
De este modo, el hombre de familia conservadora ve que su mundo se resquebraja sorpresivamente ante la nueva "adquisición" de su hija en esta historia que acumula gags de toda clase y estilo, algunos más efectivos que otros.
A las morisquetas de Cranston se suman la desbordada energía del personaje que encarna Franco, y también la esposa de Ned -Megan Mullally-, la mujer que se va acomodando a las nuevas conductas de su yerno, mucho más rápido que su marido, y con una de las escenas más graciosas del film.
Como en toda producción de este estilo, la historia resulta endeble y funciona a manera de sketches con chistes sexuales y físicos que van construyendo las rivalidad entre los protagonistas, en medio de una trama que apunta al entendimiento y al peligro de los prejuicios.
El resto es alocado y desfilan personajes como el entrenador de Laird; el empleado cibernético de Ned; el hijo adolescente fascinado con un mundo nuevo y una casona repleta de animales donde reina el delirio. Tampoco faltarán los cameos de famosos, pero esto lo dejamos en suspenso, entre promesas de casamiento y villancicos navideños.