En la línea de 'La familia de mi novia', John Hamburg nos presenta una hilarante historia acompañada de muy buenas actuaciones.
Ned (Bryan Cranston), un estructurado y abnegado padre de familia que posee una imprenta venida a menos debido a que el avance de la tecnología amenaza con extinguir el papel, recibe en el día de su cumpleaños un escandaloso mensaje por parte de su hija que lo instará a juntar a los miembros restantes de la familia para ir a visitar a la joven en época de Navidad.
Apenas el clan llegue, conocerá a Laird (James Franco), el nuevo novio de Stephanie (Zoey Deutch), un ser extravagante, algo vulgar y frontal, que se hizo millonario gracias al desarrollo de un exitoso videojuego. Y será en la excéntrica mansión del magnate —donde se puede encontrar desde un rinoceronte conservado en orina hasta carne de oso como primer plato de un menú— que se desatará una confrontación entre padre y novio.
En medio de malentendidos y situaciones embarazosas, Ned, que en el nuevo ámbito se siente como pez fuera del agua, no querrá saber nada de su futuro yerno, mientras que Laird, tratando de hacer lo imposible por impresionarlo y conseguir su bendición, no hará más que distanciarlo con sus estrafalarios comportamientos.
¿Por qué él? es una comedia correcta y con buenas intenciones. Cranston, bien alejado de su papel del introvertido químico en Breaking Bad, demuestra lo dúctil que puede ser como actor y se adapta a la perfección a la comedia física. Por su parte, James Franco se pone en la piel de un personaje que ya ha interpretado en otras ocasiones y le queda muy bien.
Si bien la película no aporta nada novedoso a la ya conocida fórmula de la comedia navideña, y por momentos el ritmo decae debido a que las situaciones se estiran demasiado, Franco y Cranston imprimen tanta humanidad a sus personajes, que dotan de profundidad a estereotipos de sobra conocidos.