La necesidad de probarse vital en la tercera edad, ha sido no pocas veces materia prima para la comedia. Con esta premisa llega a las salas argentinas Por Siempre Jóvenes, comedia italiana que -aunque no aporta ninguna novedad, ya sea por tema o formato- se muestra funcional a las metas que se propone.
Joven aún…
Por Siempre Jóvenes nos cuenta cuatro historias: la de una peluquera que tiene un affaire con un joven mucho menor que ella, la de un fanático del deporte a quien la salud le juega una mala pasada y tiene a mal traer tanto a su hija como a su yerno, la de un productor de radio que engaña a su joven amante con alguien de su edad, y la de un DJ que se ve desplazado por un joven un poco arrogante.
El guión se nos presenta de forma coral, y durante la primera mitad de la película tiene su interés puesto en desarrollar cada una de las historias, para que luego de la mitad se nos detalle con naturalidad cual es la conexión existente entre ellas.
Este procedimiento termina beneficiando al costado cómico de la historia que cumple con lo que se propone, tratándose de humoradas que contribuyen tanto al avance de la trama como al desarrollo de los personajes.
Los únicos defectos que le encuentro son que la resolución de una de las historias queda a la deriva y que, llegando al desenlace, el relato incurre en un ligero abuso de la elipsis que contribuye a que este flujo que se sentía natural durante gran parte del metraje, no lo sea tanto.
Temáticamente hablando, la película no se queda en el simple temor a envejecer, se atreve a calar un poco más hondo en el por qué de ese temor, lo que radica no tanto en no poder hacer lo que se hacía de joven, sino en que la juventud actual los deje de lado (no pocas veces de un modo irrespetuoso y arrogante).
En materia actoral, el plantel de intérpretes está a la altura del desafío, particularmente Pasquale Petrolo, quien da vida al DJ venido a menos; y la particular química existente entre el atlético personaje de Teo Teocoli y Stefano Fresi, personificando a su yerno violinista. Por el costado técnico, no hay mucho que decir ya que es funcional a lo que propone el apartado interpretativo.
Cabe aclarar que la selección de los temas preexistentes que componen la banda de sonido está hecha con cierta inteligencia: muchas veces lo que dice la letra está siendo escenificado en ese mismo momento por los personajes.
Conclusión:
Aunque no ofrece novedades en materia comedia o narrativa, Por Siempre Jóvenes se limita a usar lo conocido para entretener al espectador. Con base en un guión decente, y apoyada por un plantel de actores a la altura de las circunstancias, estamos hablando de una propuesta cumplidora y disfrutable.