Nestor Montalbano es un director atípico que ha hecho películas delirantes y disfrutables, y otras no tan felices. Lo que ocurre con este film es que las ideas del guión son lo suficientemente “locas” pero la realización se queda a mitad de camino entre el delirio y la caricatura. Hijo de millonario pelado, conoce por su portero un lugar milagroso, secreto de un pueblo, luego de solucionar su problema quiere hacer un negocio con el lugar.