Tirado de los Pelos
Néstor Montalbano es un director fiel con un mundo fílmico -también lo ha demostrado en la TV con el inolvidable ciclo "Todo por dos pesos"-, lleno de bizarradas, disparates, y poco convencionales historias, haciendo casi siempre un elogio de lo "kitsch". En eso si que es jugado como realizador.
En el cine muchos han hecho culto de los fumados guiones de "Soy tu aventura" y "Pajaros volando", sin dejar de olvidar aquél entrañable cortometraje -muy válido por cierto- "Chasqui" (2010) con Capusotto, hecho para el Bicentenario. Pero casi nadie recuerda su pelicula de "buddies": "Cómplices" (1998)y por otro lado suma otras poco logradas: "El regreso de Peter Cascada" y "Soledad y Larguirucho".
Esta última, "Por un puñado de pelos" podría ubicarse al medio, entre sus mejores y sus peores cosas. La trama de un chico millonario que tiene casi todo menos cabellera y su llegada por casualidad a un lejano pueblo del interior, donde aseguran existe una cascada cuyas supuestas aguas milagrosas que hacen crecer el pelo, allí el tipo observa el futuro negocio e intentará llevar adelante su propósito. Por supuesto en el medio hay personajes y personajotes, los cuales como universo "Montalbaniano" serán casi "freaks" de tierra adentro, con algunos buenos gags cómicos y otros no tan conseguidos.
La propuesta está diseñada como para sumar otros países con su estreno: la inclusión -se supone- de El "Pibe" Valderrama en el cast será para estrenarla en Colombia, la del negro Rada para Uruguay, y así.Ambos dos están, en el caso del ex-futbolista bastante soportable, pero Rada en cambio, parece deambular sin mayor sentido en la película, por su lado Nico Vazquez hace sus reiteradas gracias televisivas, lo cual llevo a la sala donde la vimos a tres nenas con su madre que se divertían con el actor.
El guión de Damián Dreizik -que nadie duda su talento desde la época de "Los Melli" junto a Carlos Belloso- hace reiteradas veces agua, y si bien no arranca mal la cosa, no llega a sostenerse cuando sobre el final la historia vuelca con la inclusión de un famoso cantante que será el cliente número uno para la gloria de recuperación capilar, aquí el filme cae y ya no remonta. Se torna híbrido, y sale de la locura que tenía el director en otro momento. El nudo del final es lo que parece a Montalbano costarle tanto y siempre.
Pero hay que decir que no hay casi directores de cine en este país que se metan tanto como él en el tema de las historias absurdas y del "medio pelo", por ello seguimos apostándole la ficha.