Desde el alma
Nunca es tarde para incursionar en la dirección de cine. A los 57 años, y luego de una intensa trayectoria como actor, Gustavo Garzón escribió el guión y se puso detrás de cámara para esta cuidada, rigurosa y sentida película sobre una pareja de treintañeros que están a pocos meses de tener un bebé, pero cuya existencia se ve conmocionada cuando él se entera de que tiene una hija de 12 años y que además debe cuidarla (la madre, que de joven había tenido una efímera relación con el protagonista, está muy enferma).
La película presenta a Leandro (Esteban Lamothe) como un exitoso arquitecto casado con Silvina (Ana Katz). La felicidad casi idílica por la inminente llegada de su primer hijo (que han buscado con ansias durante cuatro años) se ve complicada cuando Lucero (Mora Arenillas), una chica de clase media-baja, llega a vivir “por un tiempo” en su hogar. Pese a los esfuerzos de los adultos (sobre todo de Silvina), la hija de Leandro se siente intimidada, frustrada, triste y enojada ante la situación y, por lo tanto, su comunicación con ellos es mínima. La pareja también sufre el cimbronazo y comienzas los cuestionamientos mutuos (especialmente los de ella).
La historia no sólo contrapone en el contexto las diferentes clases sociales del matrimonio y de la chica, sino que también expone las contradicciones íntimas entre el deber y el querer ser (dicotomía que también se aprecia en el estudio donde Leandro trabaja). Película sobre decisiones importantes en momentos decisivos de la vida, sobre asumir responsabilidades propias de la adultez, Por un tiempo está construida con andar seguro y buenas actuaciones. Quizás por momentos se extrañe un poco más de fluidez, humor y ligereza (hay demasiado apego a la corrección política y a abordar temas “importantes”), pero el resultado es de gran nobleza y no poca intensidad emocional, sin por eso caer en el golpe bajo ni la manipulación del espectador. Una más que aceptable ópera prima de Garzón, que evidentemente puso mucho de sí mismo en este tardío debut concretado… desde el alma.