La risa que te desnuda
En el marco de la sección Sentidos del Humor del 33 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, se presentó una comedia uruguaya que, acompañada por un acertado reparto, funciona como un reloj a la hora de provocar la carcajada.
Zack y Miri hacen una porno (Zack and Miri Make a Porno, 2008), aquella bien lograda comedia de Kevin Smith, es la primer alusión que nos podría llegar a la mente a la hora de combinar los factores del porno casero y la comedia. La idea del film protagonizado por Seth Rogen era clara: sumergidos en deudas, dos amigos deciden montar una pequeña empresa casera de realización de películas pornográficas. La comedia generó un gran número en la taquilla estadounidense (duplicó su inversión) y logró su cometido: hacer reír a la gente con la utilización de un género como el porno, que tantas veces puede resultar un tema tabú. Porno para principiantes (2018), la nueva película del director uruguayo Carlos Ameglio (La cáscara), comienza con una premisa similar a la norteamericana, pero su contexto (ambientada en el Uruguay de los años ´80), su realización y su resultado hacen que se distinga y te sorprenda. No es fácil hacer reír y Porno para principiantes lo logra.
El protagonista de esta historia es Victor (Martín Piroyansky), un joven director de cine que no la está pasando muy bien económicamente y, forzado por la familia de su futura esposa, decide vender su cámara para dar frente al matrimonio y conseguir un trabajo estable. Aníbal (Nicolás Furtado), su amigo y dueño de un videoclub, decide frenarlo y, por medio de un productor inescrupuloso (Daniel Aráoz), proponerle un negocio: filmar una película porno. A partir de ahí, Victor se somete a un duelo interno entre lo que está bien artísticamente y la necesidad del dinero. Martín Piroyansky sale de su zona de confort en este papel. El actor y director de Vóley (2015) se coloca en una intensidad menor a la cual nos tiene acostumbrados. A través de un personaje con unos cuantos decibeles menos en comparación a sus anteriores roles en películas, Piroyansky se luce con un tono neutro, siendo él el hilo conductor de la historia y el generador del clima adecuado para que el chiste se luzca.
Cabe mencionar algunas particularidades del adecuado reparto con el que cuenta el largometraje. Nicolás Furtado (El Marginal) brinda un personaje que parecería inspirado en el Brad Pitt de los hermanos Coen en Quémese después de leerse (Burning after reading, 2008): carilindo, torpe, tosco, pero con un gran corazón. Sus participaciones son elocuentes, encontrando el momento y el gesto justo para que la comedia funcione. El resto del elenco está a la altura y con la misma sintonía. Los uruguayos Nuria Fló, como la novia de Victor, y Roberto Suárez, como el Padre Simón, y la brasilera Carolina Mânica, como la femme fatale que protagonizará estos films caseros, son grandes y entusiastas novedades para el espectador argentino. Con un guion precisamente estructurado (principio, núcleo y desenlace bien marcados), la película funciona a la perfección. Porno para principiantes es fresca, graciosa, no abusa de los clichés y denota el amor por hacer cine de tanto los que están detrás como los de delante de cámara.
Con la idea de estrenar en salas a comienzos del año entrante, Porno para principiantes tiene todo para ser un gran bastión uruguayo a la hora de hablar de las nuevas comedias latinoamericanas. Hacer reír debe ser de lo más díficil del mundo y por eso sorprende que este film de Carlos Ameglio lo logre sin despeinar. Eso sí. Si vas a ir a ver Porno para principiantes te recomendamos dejar todos los tabúes de lado, dejarte llevar por el lenguaje de la industria de películas XXX y bancarte el dolor de mandíbula por tanto reír.