Paranoia y terror al apocalipsis.
De los miedos que más alimentaron las fantasías del cine, la destrucción de la humanidad provocada por un virus es uno de los más explotados por la industria de Hollywood.
Si bien la tradición se remonta a las primeras películas de zombies, en las que los muertos volvían a la vida a causa de una intoxicación química, a partir de la difusión del HIV y, más tarde, de la gripe aviar y porcina, el tema cobró actualidad.
“Portadores”, una creación de los cineastas catalanes Alex y David Pastor, sigue una tradición que, a partir del éxito de “Cuarentena”, que tuvo su taquillera versión norteamericana, “Rec”, se reafirmó en el cine español.
Road movie con reminiscencias de “Mad Max”, la película cuenta las peripecias que vive un grupo de jóvenes que atraviesa el desierto de Estados Unidos huyendo de una epidemia que amenaza con diezmar a la humanidad.
La historia juega con una idea que alimenta la pranoia del siglo XXI: tarde o temprano el hombre tendrá que combatir los virus que él mismo creó y que, fuera de control, se convierte en una enfermedad mortal.
Con oficio más que creatividad, los hermanos Pastor llevan adelante la trama con una sola consigna: explorar hasta donde se es capaz de llegar con tal de seguir con vida. Lo hacen sin apelar a la truculencia, con acción, actuaciones correctas y buenas ideas les alcanza.
El hilo conductor es el miedo al contagio, algo que en la reciente crisis de la Gripe A asoló al mundo.