El diablo no pasa de moda
Con dirección del uruguayo Federico Álvarez y producción de Sam Raimi, Bruce Campbell y Robert Tapert, Posesión Infernal (Evil Dead, 2013) es la remake mejor lograda que se haya visto hasta el momento. Con guiños a la original y con interesantes aportes esta nueva versión tiene como destino convertirse en un nuevo clásico del género.
Cinco veinteañeros se trasladan hacia una cabaña para pasar el fin de semana y cumplir un objetivo: tratar que Mia deje las drogas. Cuando uno de ellos descubra un misterioso libro y lea un pasaje, despertará una fuerza demoníaca que irá tomando el cuerpo de cada uno y el fin de semana se convertirá en una lucha por la supervivencia.
Federico Álvarez logró lo que otros realizadores no pudieron. Luego de que su corto Ataque de Pánico! (Panic Attack!, 2009) se dispersara por todo el mundo a través de YouTube, Sam Raimi lo convocó para que realice una nueva versión de aquella película que renovó a un género que venía derrapando hace rato. Este film está a la altura de las circunstancias y también irrumpe en un momento en el que las películas de terror estaban reservadas solamente para el terror psicológico, que en lugar de causar temor termina ocasionando el efecto contario.
Luego de una primera secuencia que dejará con la boca abierta a más de uno por lo cruda y explícita, Alvarez se permite una licencia y junto a los guionistas Rodo Sayagues Mendez y Diablo Cody, ganadora de un Oscar por La joven vida de Juno (Juno, 2007), incluyen una subtrama que se aleja de la original pero que no altera el resultado final. En esta versión el grupo de amigos no se aloja en la cabaña para drogarse y pasarla bien sino para desintoxicar a uno de ellos. Diferencia nada al azar que aporta un elemento que podría considerarse irónico: la joven que lucha para expulsar las toxinas de su cuerpo termina siendo poseída por un demonio.
El humor también es una parte importante en Posesión Infernal y tanto en la original como en esta versión hay escenas que asombrosamente logran sacar una carcajada al espectador. Además de esta particularidad, Federico Álvarez homenajea con ciertas elecciones de planos y objetos que, desparramados por todo el campo visual, remiten a la película dirigida por Raimi. Y en algunos puntos es superadora de esta ya que contó con un presupuesto más abultado que los 350.000 dólares que tuvo el director de la trilogía de Spider-Man allá por la década del ochenta.
En conclusión, Posesión Infernal logró lo que otras remakes como por ejemplo la malograda Masacre de Texas (The Texas Chainsaw Masacre, 2003) no pudieron. Además de homenajear a un clásico, reinventarlo y dejar satisfechos a los amantes de la cinta original, el público que no tenía conocimiento de aquella joya seguramente, luego de ver Posesión Infernal, no parará hasta conseguirla. Aquellas limitaciones técnicas que se habían convertido en virtudes fueron retomadas por Federico Álvarez para demostrar que todavía siguen asustando.