La Pasion según Sam Raimi
Existen films como The Evil Dead que merecen contextualizarse por los aspectos extra cinematográficos, más allá del neto contenido de sus historias, pues las singularidades en su producción a veces superan a las propuestas en sí como ocurrió con este cortometraje de fines de los años 70 que luego se transformara en película de culto.
En un breve repaso por su génesis cabe recordar que un joven director, Sam Raimi, junto a su inseparable amigo Bruce Campbell se embarcaron allá por 1978 en la realización del corto Within the Woods (cuyo costo fue de U$S 1600), el cual narraba la historia de un joven que se adentra en el bosque con su novia en busca de un espacio para el escarceo amoroso. Misteriosamente es poseído por una extraña entidad al desenterrar ciertos objetos malditos y allí se desencadena un baño de sangre pocas veces visto. Para Raimi el bajo presupuesto no fue ningún impedimento ni obstáculo para que luego de tres años y con una mejor financiación llegara a su ópera prima que ahora vuelve a la cartelera con una nueva cara y en versión remake.
En aquella The Evil Dead (estrenada en Argentina en 1987 con el título de Diabólico), que también contó con la presencia de Bruce Campbell en el rol protagónico, nuevamente el bosque es el ámbito donde un grupo de jóvenes son poseídos por una extraña presencia demoníaca desatada por la lectura de ciertos pasajes de El libro de los muertos (encuadernado con tapas de piel humana y escrito con sangre) a cargo de una voz grabada en cintas de audio y pertenecientes al arqueólogo que hizo el macabro descubrimiento. Así, la locura y los elementos gore estaban presentes en esta maravilla cinematográfica que supo convertirse en un film de culto en la década del ochenta.
Sam Raimi en lugar de disimular las limitaciones de su presupuesto las reconoció y las puso al servicio de la narración. Su recepción por el público fue por demás entusiasta y dio lugar a dos nuevas secuelas: Noche Alucinante (Evil Dead II, 1987) y El Ejército de las Tinieblas (Army of Darkness, 1992), siendo esta última un verdadero ejemplo de mixtura donde el cine de terror adopta toques humorísticos y algunos aspectos del cine fantástico desde el punto de vista que el protagonista se halla en el año 1300 transportado a través de un portal cósmico que abre en Evil Dead II.
Por ello, la remake de este film de culto no era cualquier desafío al contar con una enorme cantidad de fans que no soportarían versiones de menor calidad y menos que no respetaran la esencia del original. Esta vez Raimi y Campbell se situaron en la producción vigilando cautelosamente que el espíritu de la obra original no fuera mancillado y dejando la dirección en manos del director uruguayo Fede Alvarez, en su debut como director de largometraje.
El contexto social es diferente: los jóvenes de hoy ya no se reúnen para drogarse o tener relaciones sexuales, sino para desintoxicarse y así es como un grupo de cinco adictos se dan cita en una abandonada cabaña para lograr que una de ellos logre vencer su adicción por las sustancias prohibidas.
Tratando de superar su síndrome de abstinencia Mia (interpretada por Jane Levy, cuyo hablar entre suspiros recordaremos para siempre luego de ver este film) se interna en el bosque y allí es poseída por un ente maligno. Al volver a la casa ya nada será igual ni para ella ni para los acompañantes terapéuticos ad hoc allí reunidos. Su hermano David (en la piel de Shiloh Fernández, quien no logra siquiera acercarse al carisma de Campbell) tratará por todos los medios de contrarrestar esta maléfica presencia que toma el control de la voluntad de los otros jóvenes y éstos se laceran o mutilan de formas impensadas bajo el dominio de la poseída.
En Posesión Infernal, los climas están perfectamente logrados y la dupla de Raimi con Alvarez parece haber conseguido la revancha en términos cinematográficos para lo que aquel joven realizador de los 70 había filmado con tan sólo U$$ 1600. La única “limitación” que podría haber tenido la saga ochentosa en su momento pudo haber sido un acotado presupuesto, pues bien los años han pasado y aquel joven vigoroso hoy es uno de los directores más respetados del género y se da el gusto de rever su obra con un presupuesto que le permite respaldar sus ideas con imágenes. Sin utilización de CGI, la nueva The Evil Dead nos muestra que el verdadero terror no está perdido siempre que existan amantes del género que respeten su dogma y no menosprecien al público.
The Evil Dead ha vuelto para quedarse, con un producto digno que renueva los aires de un género bastardeado hasta el cansancio, que parecía estar condenado a repetirse. Recomendamos, al que cuente con tiempo, un repaso por las tres entregas originales de la saga para disfrutar aún más de esta nueva versión y de esa forma dimensionarla en su justa medida.