Reconstruyendo la leyenda diabólica
Como toda remake, esta nueva versión de Posesión infernal (o sea Evil dead de 1981, que aquí fue conocida como Diabólico) invita a remitirse al original. Hablamos de una saga de películas muy particular, de un director bastante sólido y ecléctico como Sam Raimi. De las tres Evil dead originales, podríamos decir que la primera se diferencia bastante de las otras dos en cuanto a que intenta a ser una dura película de terror salvaje y gore, cosa que logra a pesar de sus evidentes limitaciones. Fue un film hecho con muy bajo presupuesto, y de hecho, es bastante conocida la historia de su accidentado rodaje lleno de anécdotas, como que se quedaron sin sangre artificial y en muchas de las escenas podemos ver un líquido lechoso que sale de los endemoniados, o que el elenco que inicia la película (salvo Bruce Campbell) es distinto al que la finaliza ya que no había dinero para pagarles, por lo tanto muchos de los demonios que vemos ya avanzada la historia son amigos y parientes de Raimi. Para la realización de Evil dead 2 y 3 la historia fue diferente: con presupuestos acordes a sus pretensiones y su director más maduro, los resultados fueron muy superiores a aquella historia deforme filmada en 1981. Evil dead 2 (Noche alucinante) es una remake homenaje a la primera parte en tono de comedia y Evil dead 3 (El ejército de las tinieblas) el final disparatado y divertido que merecía la saga, con un Bruce Campbell en un estado de locura de la buena, como casi nunca ha logrado repetir en su carrera.
Entonces, Evil dead 1 es la leyenda de culto de la saga, y la simple idea que quiero introducir con toda la anterior parrafada es que esta versión de Fede Alvarez es quizá la película que Sam Raimi imaginó hacer en 1981, ya que es buena en general, pero es muy buena si la pensamos en función de la “leyenda” que es para muchos la original en la que se basa.
Se cuenta por ahí que Raimi vio el corto Ataque de pánico, único trabajo conocido (es decir, el que está en YouTube) de Alvarez, y decidió apadrinarlo (no sé a qué se refieren con eso). Es así que este talentoso uruguayo de 35 años llega de repente a filmar Posesión infernal. En principio, vale decir que Alvarez logra todo lo que se le puede pedir a una reversión: mantiene el espíritu original y la actualiza argumental y técnicamente.
En algunos casos, las remakes son mejores que la original, pero no me atrevo a decir que este sea el caso. Por ejemplo, en la original un grupo de amigos se encierra en la cabaña más decrepita y escondida del bosque más tenebroso del universo para divertirse (al parecer a los jóvenes de los ochenta no se les ocurría otra idea), y en esta nueva versión un grupo de jóvenes se encierran en la cabaña mas decrépita y escondida del bosque más tenebroso del universo para hacer que una amiga supere su adicción a la cocaína y ayudarla a atravesar el síndrome de abstinencia. Ninguna de las dos premisas me parece sólida lógicamente hablando, pero es una de las convenciones del género que uno soporta para deleitarse con lo que viene.
Por otro lado, si había un rasgo particular de la primera Evil dead, era la violencia caótica, explosiva y llena de gore, en la cual se regodeaba con toda desvergüenza. Pues bien, esta nueva versión no sólo no se queda atrás, sino que es tan o más violenta que su predecesora. Y si somos un poco más incisivos desglosando estos films, digamos que lo que le importaba a Raimi en aquel entonces y también ahora le importó a Alvarez, es el efecto. Evil dead (ambas) no apuesta casi nunca a la generación de climas o suspenso, sino que más bien se enfoca en el susto guarango explícito, en arrojar terror, vísceras y locura a la cara del espectador sin la más mínima piedad. Posesión infernal de Alvarez supura energía e ideas, homenajea a la original pero también se atreve a irse de mambo un poco más allá, incluso eliminando al personaje de Bruce Campbell y repartiendo responsabilidades entre todo el elenco, con la protagonista -encarnada por Jane Levy- estallando de locura y miedo.
Concluyendo, quizás el último punto a favor de esta película es que es diferente a todo lo que se viene haciendo en la actualidad del género, que se está sosteniendo apenas en los últimos pifies de Actividad paranormal y las pavadas sobrevaloradas como Mamá. Sin la carga moral pelotuda de El juego del miedo, Posesión infernal nos trae violencia pura, dura, divertida sin miramientos.
Se cuenta entre las anécdotas de filmación de la Evil dead original que Raimi filmó los desplazamientos de cámara que simulaban el desplazamiento de los espíritus demoniacos sobre una motocross. En la versión de Fede Alvarez, el demonio va en Harley.