Este nuevo reinicio de la franquicia, rescata los personajes clásicos de los noventa, pero no el espíritu lúdico y bizarro de los originales
Cinco adolescentes, el típico guapo pero rebelde de la escuela, el afroamericano chistoso, un asiático serio, una rockera extrovertida y otra más tímida pero aguerrida. Distintas personalidades y clases sociales pero un vínculo muy fuerte en común: la certeza de que deben unirse para salvar a su ciudad y el mundo entero de una amenaza alienígena.
Este quinteto variopinto, descubrirá que "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" (escuche esta frase en algún lado), y es por eso que juntos, formarán un equipo de superhéroes conocidos como los Power Rangers.
En los noventa, la serie original (que generó varias secuelas y subproductos) tenía un espíritu cercano a los shows japoneses de ciencia ficción como Ultraman. Mallas y calzas de colores, cascos estrambóticos, robots imposibles y villanos trash pero con personalidad. Un cóctel de acción, humor y rareza que hicieron de los Power Rangers una serie de culto.
Lamentablemente, esta versión fílmica pierde la gracia y la cuota naif de sus predecesoras. El argumento y los personajes no se permiten ningún momento descontracturado, por el contrario, hay un halo de solemnidad que no encaja con la premisa: pensemos que la villana se llama "Rita Repulsa", ¿quién puede tomarse en serio un filme con tan estrafalario personaje? Eso sin contar el vestuario de la susodicha malvada (un mix entre Hiedra Venenosa y Reina de Comparsa que no ayuda a la supuesta seriedad del asunto)
Y hablando de trajes, los Power ya no lucen calzas, sino armaduras al estilo Halo o piloto de Pacific Rim, bien logradas pero sin el encanto de las originales.
Por ahí, al principio del metraje encontramos a Bryan Cranston, revolcándose por el piso, en una secuencia que seguramente le debe haber generado muchos ingresos a su cuenta, sino no se entiende por qué aceptó un trabajo en donde solo pone su voz para doblar una especie de silueta en la pared, encarnando al mentor y guía de los Rangers, papel que obviamente, compone "de taquito".
Los puristas de los personajes originales quizás se sientan defraudados por esta versión, pero para las nuevas generaciones, estos Power Rangers resultarán un grupo homogéneo que interactúa como si lo hubiesen hecho desde siempre. Los colores, algunos momentos de CGI muy logrados, la batalla final y las secuencias de acción (que tardan en llegar) son lo mejor de este filme para adolescentes y nostálgicos comprensivos. "It´s morphin time!"