- Sorry, Bumblebee!
En un mundo donde la intolerancia ha llegado a niveles alarmantes y en el que los intereses particulares son más importantes que el bienestar general, la llegada de un equipo de superhéroes de diversas etnias, es siempre bienvenida. Mucho se puede escribir sobre los Power Rangers, pero dado lo gigantesco de la obra necesitaríamos una nota aparte. Por esta razón, vayamos directo al grano el cual es analizar Power Rangers (Dean Israelite, 2017).
Gracias al estreno de Project Almanac (opera prima, 2015), Dean Israelite entró en el radar de Saban Films, Toei Company y Temple Hill Productions quienes, ni lerdos ni perezosos, lo seleccionarían para dirigir el reboot cinematográfica de la franquicia. Indudablemente, este joven director sudafricano (n. 20 de septiembre de 1984), se siente demasiado cómodo filmando con adolescentes. La introducción de los nuevos viejos Rangers fue llevada a cabo con maestría y gran ritmo, y es allí donde encontraremos el punto más alto del film. Lamentablemente, a medida que nos aproximamos al nudo, la trama se vuelve sosa e intrascendente, repitiendo los estereotipos de siempre. Los causantes de semejante colapso narrativo (¡¡queremos sangre!!) fueron Matt Sazama, Burk Sharpless y Kirean & Michele Murloney, guionistas conocidos por Dioses de Egipto (Gods of Egypt, Alex Proyas, 2016) y Sherlock Holmes: Juego de sombras (Sherlock Holmes: A Game of Shadows, Guy Ritchie, 2011). Tampoco ayudaron sus 2hs 4min de duración, las cuales se hicieron eternas.
Power Rangers funciona como entretenimiento familiar.
Sin embargo y dejando de lado lo negativo, Power Rangers 2017, no es una mala película. El casting ha sido realmente excelente siendo Naomi Scott (Kimberly, Pink Ranger) la revelación destacada. Pero como en varias oportunidades he repetido, para que una película de superhéroes sea exitosa el antagonista principal debe estar (como mínimo) a la altura del héroe. Por desgracia, la interpretación de Elizabeth Banks (Rita Repulsa) se queda a mitad de camino y nunca llega a ser una amenaza real para el equipo.
Como todo en la vida, las opiniones dependen muchísimo de la vereda en la que estés parado. Por eso, Power Rangers, como entretenimiento familiar es una excelente opción pero cuando los chicos crecen, ni siquiera la nostalgia de volver a ver a Megazord en acción, termina de salvar una película atrapada entre lo viejo y lo moderno.