DEMOLEDOR DRAMA DE UNA MARGINADA
La brecha entre ricos y pobres se agudiza cada vez más a lo largo de los años, de forma globalizada.
El índice de pobreza humana da cuenta de las carencias o pobreza en aspectos como vida larga y saludable, educación y nivel de vida digno. Ninguno de estos aspectos está cuidado en la vida de Precious, una adolescente de 16 años abusada por su padre desde muy pequeña. Conviviendo sólo con su madre, la joven debe soportar los constantes maltratos verbales y físicos de su progenitora, que la trata peor que a un animal.
Estamos en Harlem, año 1987; una joven obesa e iletrada llamada Clarisse Precious Jones, vive en un barrio marginal aguantando un duro presente: su madre se aprovecha de ella, su padre la violó en continuas ocasiones y tiene una hija discapacitada y espera otro bebé, producto de esas relaciones incestuosas forzadas. A pesar de ello, soportando el hastío constante de una vida en problemas, Precious intenta salir adelante aprendiendo a leer y buscando contención en una escuela alternativa, ya que en su colegio no es aceptada por su condición.
Las escenas entre madre e hija son de una intensidad apabullante, donde se huele la violencia ni bien Precious traspasa la entrada de su sombrío y caótico apartamento. Su madre, celosa (?) de que su hija está nuevamente embarazada de su propio marido, la trata como a una esclava, pidiéndole que le cocine y hasta se sugiere que la obliga a proveerle de favores sexuales.
La pobre Precious soporta esta cruda realidad y, cuando se siente no poder más, inventa en su interior una vida paralela, en la que es una estrella acosada por sus fans, o es buscada por hombres que la desean… Todo lo contrario de lo que vive a diario.
Nominada a 6 premios Oscar, "Precious: Based on the Novel Push by Sapphire" es una película dirigida por Lee Daniels. Su reparto, mayormente femenino, logra conmover y calar hondo en el alma del espectador, ya que muestra la vulnerabilidad ultrajada de jóvenes como Precious, que sufren el maltrato como una forma de vida.
Gabourey Sidibe, como el personaje del título, conmueve con su sola presencia; sin embargo, cuando rompe en llanto por no soportar más su propia vida, lloramos con ella. Mariah Carey (sí, la cantante) como la asistente social y Paula Patton como la maestra alternativa, resultan un muy buen complemento.
Párrafo aparte para Mo'Nique como la madre (Oscar asegurado): su personaje es llanamente detestable y perversamente abominable. El ímpetu y la fuerza que le pone a su maquiavélico rol resultan poderosos, y uno termina odiándola, a pesar de una escena de supuesta redención, donde saca a la luz las vejaciones a las que sometió a su hija. Ambas protagonistas son el alma de este filme que no da tregua, conteniendo escenas tan duras que son poco recomendables para cierto público. Aunque no hay peor ciego que el que no quiere ver…