Preciosa tiene todo lo que necesita una película para ser una de las que “hay que ver“: una historia dramática pero atrapante, un guión genial, actuaciones brillantes y sobre todo una coherencia que no se rompe cayendo en los clichés de hollywood.
Clarise Precious Jones es una madre soltera de 16 años de raza negra y obesa que, más que vivir, sobrevive en el Harlem. Sus compañeros la molestan y en su familia no puede encontrar refugio: mientras que su madre la trata prácticamente como basura, la golpea y la insulta constantemente, su padre se ha fugado, no sin antes haberla violado varias veces, entre ellas la que provocó su primer embarazo y la que ha generado que Precious esté embarazada por segunda vez.
Este segundo embarazo le causa problemas en la escuela, a pesar de que, gracias a mantenerse callada, tiene las mejores notas de su clase. La directora le propone ir a una escuela alternativa, un lugar en donde Precious finalmente conocerá que hay una luz en medio de la oscuridad que le ha planteado el destino.
A pesar de esto, aclaro que no es la típica novelita rosa en la que una cenicienta de los barrios bajos emerge gracias a la educación. La historia propone una dureza abrumadora, demostrando que las historias de princesas quedan sólo para los cuentos de hadas.
Además de destacar el guión, que es sinceramente excepcional, sin dudas lo que brilla son las actuaciones.
La joven Gabourney Sibide interpreta a Precious, y cualquier adjetivo o calificación que intente volcar en este texto no alcanzará para describir su performance. Es sencillamente cautivante.
Pero tampoco quiero olvidarme de Mo’Nique, responsable de encarnar a Mary, la madre de la protagonista. Baste decir que me generó tal odio que tardé unas horas en despegarla del personaje y comprender que, en tanto a esa madre la condenaría a prisión, por eso mismo la actriz merece ser premiada.
Se vienen muchas entregas de premios y entre todas ellas se destacan los Oscar. No sé si se llevarán estatuillas, estimo que sí. Pero más allá de los galardones, este film merece ser destacado.
Es una película durísima, pero no por ello deja de ser excelente.