Preciosa

Crítica de V. De Grossi - Cine & Medios

Triste princesa de Harlem

Corre el año 1987. Precious (Gabourey Sidibe) es una adolescente de Harlem, obesa y huraña, que parece haber llegado a un punto muerto en su vida. Lo único que la motiva ligeramente es el colegio; le gusta escuchar atentamente a sus profesores y sentarse al final de la clase, sin hacer caso de las burlas y la brutalidad de sus pares tanto en la calle como en las aulas. Es que a sus dieciséis años ya ha pasado por todos los círculos del infierno y vive en la más aberrante de las miserias, víctima de una madre abusadora en lo físico y lo psicológico, y violada por su propio padre.
Al momento en que la historia comienza, Precious espera su segundo hijo y acaban de expulsarla del colegio, dándole la posibilidad de reinsertarse en una escuela alternativa. Sin mucha esperanza pero con una necesidad enorme de escapar de su propio espanto, la jovencita ingresa al programa "Each one teaches one" (Uno enseña a uno) y encuentra con el correr de las semanas una motivación para salir adelante. Sin embargo, hija del drama, la tragedia la acecha, todavía, de maneras inimaginables.
En esta historia de esperanza en medio de la marginalidad extrema, con actuaciones notables, se destaca muy, muy lejos la interpretación de Mo´Nique como la psicótica y abandónica madre de la protagonista. Un retrato tan bien compuesto desde lo emocional que por sí mismo justifica la película y el único personaje en toda la historia que sostiene una coherencia interna, desafiando los saltos temporales y la progresión de los acontecimientos. Es una pena que Precious, destinada por mérito de su historia intrínseca a ser uno de esas interpretaciones inolvidables, se quede a medio camino entre transiciones inexplicables, que se dejan libradas a la imaginación del espectador.
Con una puesta y dirección algo esquizofrénicas, Lee Daniels parece coexistir con varios espíritus artísticos en sí mismo; de una escena de violencia y evasión absolutamente coherente con la trama y el tipo de narración (el momento de la violación de Precious) pasa a otro que no sólo rompe con la armonía propuesta en este sentido, sino que deviene incómodo y anticlimático (un espantoso montaje de fotos en el momento más álgido de la película). Este tipo de incoherencias atentan contra una historia que podría haber sido mejor contada, sin tantos golpes bajos y escapándole un poco a lo que se espera de este tipo de filmes.
Es necesario decirlo: cine independiente no tiene por qué ser cine improvisado, o refritado. "Preciosa" es una especie de epítome del cine norteamericano de bajo presupuesto con temática marginal, y como tal cae en todas las aberraciones que debería evitar. Por supuesto, estos detalles pasan inadvertidos a la hora de nominar un producto de tinte sensible y efectista, pensado (oh, ironías) para certámenes de alto vuelo.