El film de horror de la semana parte de una idea difícil: lo temible es un niño con problemas psiquiátricos y discapacitado. O quizá, dos. Todo está puesto allí para que la dulce psicóloga infantil que interpreta Naomi Watts lo pase mal. Vive sola, en medio del bosque, con el chico, al que cuida con amor de madre y esmero de enfermera. Se viene una tormenta histórica. El niño tiene competencia, y no le gusta. Más allá de los dudosos vaivenes de su argumento, esto asusta poco o nada.