Butler bajo fuego
Cualquier mejoría cómica o dramática que Presidente bajo fuego (Angel Has Fallen, 2019) pueda ostentar sobre sus predecesoras es un desperdicio. La serie no lo merece. No se ha ganado esta pretendida “vuelta de la victoria”, que cierra la trilogía del agente secreto Mike Banning (Gerard Butler) con la fuerza de un petardo mojado.
Banning nunca fue más interesante que las circunstancias en las que se veía involucrado. La película le inventa conflictos internos - estrés post-traumático, un padre ausente - pero nada que motive simpatía o le dé un virado triunfal a esta conclusión. Es como si Ric Roman Waugh (el realizador y guionista junto a Robert Mark Kamen y Matt Cook) hubiera decidido a último minuto humanizar un muñeco de acción para darle peso dramático a una franquicia que nunca lo tuvo.
El resultado es una película que es técnicamente mejor que su antecesora, Londres bajo fuego (London Has Fallen, 2016), lo cual no es gran cosa. La primera secuela de Ataque a la Casa Blanca(Olympus Has Fallen, 2013) estaba hecha de manera tan reiterativa y barata como los peores “straight-to-DVD”. Pero lo que esta nueva iteración gana con un guión un poco más versátil lo pierde en escenas de acción intensas o interesantes. Como los villanos de turno, resultan sosas, predecibles e inmediatamente olvidables.
Tratándose del final de una trilogía fundada en terrorismo espectacular (y nada más), la película es curiosamente apagada en materia de acción, manteniendo un perfil bajo y furtivo durante la mayor parte de la cinta. Esto se debe a que Banning pasa más tiempo huyendo de sus enemigos que peleando contra ellos, y las restricciones originales de tiempo y espacio han desaparecido para acomodar el recorrido amorfo de un héroe que va y viene sin gran apremio.
Gerard Butler se ve tan harto y dispuesto a retirarse como su personaje. Morgan Freeman es un gran actor que podría interpretar sonámbulo cualquier parte y aquí lo demuestra. El único gran acierto es Nick Nolte en un papel cómico. Si Freeman termina su carrera interpretando papeles que requieren serenidad y elegancia, Nolte termina la suya jugando con su imagen de viejo gruñón una y otra vez.
La serie siempre fue mediocre y su mediocre conclusión no tiene nada que lamentar. Se traduce “bajo fuego” al castellano, pero en el inglés original cada título lee “ha caído”. Dan ganas de bromear que la serie también, pero nunca tuvo desde dónde.