El escocés Gerald Butler vuelve al rol de Mike Banning, el noble agente encargado de custodiar nada menos que al presidente de los Estados Unidos (Morgan Freeman). El hombre tiene un hijo pequeño y una salud maltrecha, pero salva heroicamente la vida de mandatario cuando, en plena excursión al aire libre, sufren un atentado en el que muere todo su equipo. Como único superviviente, y con el presidente en coma, Banning resulta acusado y todo su entorno se vuelve rápidamente en su contra.
Como una mezcla de El Fugitivo con cualquier thriller de intrigas en la Casa Blanca, Presidente bajo fuego sigue la huida hacia adelante de Banning, que una vez intenta sobrevivir y desenmascarar a los que urdieron el complot que lo tuvo como blanco. Que, por supuesto, pertenecen a su mismo bando. Suena conocido, sí. Y las secuencias de acción con muchas explosiones, a reglamento, ayudan tan poco como la sobre musicalización y la previsibilidad del argumento, a lo largo de dos horas que dejan poco.