LOS PEQUEÑOS VAMPIROS SUPERAN AL GRAN AMO
Basado en el cómic homónimo coreano, esta adaptación es una correcta propuesta visual, con una estética muy estilizada y perfecta, pero con una historia que entra en lugares comunes del género, en los golpes típicos del terror, en algunos chistes y argumentos innecesarios, y en la exagerada aparición de un final muy abierto.
En un mundo paralelo, los hombres han sido, por años, invadidos por vampiros. Ahora, la sociedad se encuentra casi prisionera por sus actos, dirigida por la religión y por la paranoia por los hechos pasados. Un sacerdote, luego de la captura de su sobrina, va a revelarsele al sistema y a tratar de impedir una nueva guerra.
La primera característica visual que aparece y que introduce un estilo que ejemplifica y a la vez simplifica lo que a posterior se va a desarrollar, es la incorporación de la animación, la cual empieza en la escena siguiente al momento inicial de la cinta. Estos pocos minutos, respetando los dibujos del cómic, son aprovechados para mostrar la parte más cruda y violenta de la historia. Lo que aquí se ve luego no está representado en el live action, los brutales asesinatos y las grandes cantidades de manchas de sangre, si bien no faltan en las escenas finales, no tienen el protagonismo ni el atractivo visual que aquí se desarrolla. Una prolija y muy bien lograda escena, que introduce la historia con rapidez, procurando que el espectador pueda sumergirse lo más velozmente posible en la época y el espacio presentado.
Luego de ésto, la cinta comienza a desarrollar los diferentes conflictos que acechan la vida del protagonista, y es allí donde van apareciendo los problemas. Primero que nada, el personaje encanado por Paul Bettany, dejando de lado que se asemeja a muchos de los que él interpretó en otras producciones, carece de matices emocionales. No hay sentimientos encontrados, no se transmiten con fluidez las situaciones que quieren introducir el romance (que nunca se concreta) con uno de los personajes femeninos, y esa lucha que él presenta contra el sistema para salvar a su familia no se siente profunda ni justificada. El trabajo de Bettany es correcto, en especial en las escenas de acción, pero totalmente deslucido en los pocos momentos dramáticos de la película.
Por otro lado, el villano carece de fuerza, de temor y de identidad. Son pocas las escenas en las que él aparece, por lo que son escasos los intentos iniciales por introducir su personalidad e incrementarla para expresar el temor o la incertidumbre que los personajes principales siempre dicen tener. Están mucho mejor logradas cada una de las criaturas individuales que van poniendo a prueba las habilidades de los vengadores, son rápidas, aparecen repentinamente en escena y presentan una actitud al matar que impone miedo. Muy acertado el diseño físico y los efectos de sonido de cada una de ellas.
La historia tiene algunos golpes sonoros imprevisibles que harán saltar al espectador, no por lo que se ve, sino por el repentino grito de algún personaje o vampiro; tiene una conclusión que deja una puerta muy abierta para una segunda parte, lo cual decepciona, ya que nunca se ve esa tal amenaza invisible de la que tanto los roles hablan; y desarrolla unos muy buenos efectos especiales que son lo mejor que esta propuesta le brinda al espectador (las escenas en el tren están llenas de acción y conjugan una correcta homogeneidad entre los aspectos visuales y el veloz ritmo narrativo).
"Priest" es una cinta que aprovecha por momentos el 3D para jugar con las profundidades y acercarle a los rostros del público algunos objetos o personas (cuentas del rosario y las dagas voladoras), que tiene un planteo visual muy estilizado y correcto, pero con una historia que no concluye, que no emociona ni presenta actuaciones que se luzcan. Una regular propuesta, con buenas escenas de acción, pero que entra en muchos de los lugares comunes del género, en especial los momentos de terror, y que no saca provecho de todas las armas que se ponen en la mesa.
UNA ESCENA A DESTACAR: tren.