Con más truculencia, esta “Primicia mortal” sería más contundente
Si la premisa fuera buscar los rincones más oscuros del cine negro, probablemente no habría modo de superar las espantosas desventuras de los cronistas gráficos al viejo estilo, tal como lo pudo explicar la desquiciada película de culto "La mira indiscreta" ( "The Public Eye" con Joe Pesci encarnando un fotógrafo obsesionado con mostrar hasta la última gota de sangre de cualquier escena criminal.
Pero si nadie recuerda aquel film de 1992 dirigido por Howard Franklin, producido por Robert Zemeckis e inspirado en un fotógrafo inigualable al momento de registrar las imágenes mas truculentas aportadas por la crónica policial, la culpa tal vez sea del genuino espíritu del guión, y lo temible de cada toma registrada por la cámara del protagonista.
En cambio, en "Primicia mortal" ("Nightcrawler") la aproximación contemporánea al mismo asunto está a cargo de Jake Gyllenhaal, todo un galán por mérito propio, pero sobre todo si se lo compara con Joe Pesci. Lo bueno de "Nightcrawler" es, sobre todo, el interés por un tema tan oscuro que apenas aparece lateralmente en los grandes clásicos del film noir. Lo malo es que para llegar a ese punto el director y guionista Dan Gilroy encara el asunto casi más desde el cine de autor que desde el género policial, lo que implica una importante pérdida de tiempo entre las escenas contundentes que vinculan de frente march al personaje protagónico y su implacable editora, una formidable Rene Russo- y otras que simulan que esto no es un policial sino una cosa más seria digna del cine indie o algo así.
Falta la truculencia ultragráfica que le daría verdadero sentido al desquicio de los protagonistas. Es decir, garra, gore, y verosimilitud, elementos que de todos modos no están ausentes del todo.