Se sabe: el periodismo policial vende, la sangre en primer plano es el tema central de los noticieros tanto en los Estados Unidos como acá. Ese mundo, obviamente, lleva consigo una serie de personajes que se acercan buscando dinero con la misma obsesión con la que huelen la sangre. Y de eso trata PRIMICIA MORTAL, de un “vividor” que se da cuenta que hay mucho dinero por hacer no solo si uno filma accidentes, asesinatos y crímenes sino si es capaz de llegar más lejos que los demás: metiendo la cámara donde no se debería, modificando los hechos para que “encuadren” mejor y luego, bueno, se imaginarán… Ya casi sin límites morales por cruzar se puede hacer cualquier cosa por el rating.
En esta opera prima como director del guionista Dan Gilroy (EL LEGADO BOURNE), Jake Gyllenhaal encarna a un literal buscavidas sin trabajo y con mucho tiempo para leer manuales acerca de cómo funciona, supuestamente, el mundo de los negocios. Con un vocabulario empresarial que no coincide para nada con su aspecto un poco sacado, el hombre descubre el mundo de las ventas a los noticieros de escenas sangrientas, cosa que se consigue manejando velozmente por las calles de Los Angeles, con un scanner policial y un buen GPS. Lou empieza a crecer en su negocio vendiéndole sus “primicias” a un canal de bajo rating y luego va tomando control de la situación, demandando más y más y, a la vez, ofreciendo material que solo puede conseguirse, digamos, quebrando la ley. Hasta contrata un empleado, digamos, al que ofrece “un mundo de oportunidades empresariales”…
nightcrawlerEl filme de Gilroy es, a la vez, una suerte de denuncia sobre el mundo de la televisión y del periodismo basura, mezclado con una mirada crítica al universo de los libros de “auto-ayuda” comerciales que te enseñan a cómo hacerte valer en el mundo de los negocios. Ese combo es fatal en Lou, transformándolo en una suerte de gurú del mejoramiento personal a costa de, bueno, a costa de lo que sea… La exploración de la personalidad del protagonista –que Gyllenhaal interpreta muy bien aunque de un modo excesivamente creepy para ser del todo creíble– es otro de los elementos interesantes de la película, acaso el más potente en primera instancia.
Hay algo que a mí particularmente me interesó más del filme y tiene que ver con la pintura de una Los Angeles que no se ve habitualmente en el cine: esos barrios bajos, esas avenidas desiertas por las noches, esas calles llenas de homeless y personajes curiosos. PRIMICIA MORTAL, a diferencia de muchos otros filmes que muestran a Los Angeles como una ciudad de interiores (de casas, empresas, autos, restaurantes) sucede en una ciudad medio fantasmal y peligrosa, tierra que vampiros como Lou surcan por la noche sin que nos demos demasiada cuenta, perdidos en las autopistas.
gyllenhaal-nightcrawlerEs cierto que Gilroy no tiene, digamos, una mano del todo firme en todos los aspectos de la puesta en escena del filme, que tiene algunos problemas narrativos y que, por momentos, parece que la controla el actor y también productor, que monopoliza todas las escenas de una manera tal que parecen armadas para su lucimiento personal. Hay algo extrañamente raro en la manera de filmar del director, que le da a la película un tono entre independiente (o no del todo “profesional” para los estándares del Hollywood actual) y antiguo, casi como si homenajeara a cierto cine un poco más sucio –narrativamente hablando– de los años ’70. En ese sentido, se trata de una apuesta comercial riesgosa ya que está a mitad de camino entre el drama de denuncia y el thriller, aunque en el fondo uno termine sintiendo estar presenciando una película de terror. Urbano, cotidiano y rural: como ese terror un tanto prefabricado y escandaloso que llena todo el tiempo las pantallas de la televisión.