Para quienes quieren ver sangre.
En la era del cine basado en casos reales, Nightcrawler es una propuesta que rescata el espíritu de la ficción con una historia muy interesante y un protagonista soberbiamente compuesto e interpretado. Son muchos los adjetivos que le caben a la película; es original, morbosa, cínica y también un poco inverosímil.
Por sobre todas las cosas, Nightcrawler es una mordaz crítica a los medios televisivos actuales y a la escasez de escrúpulos que éstos demuestran a la hora de generar rating. Dentro de esa premisa, es evidente que la película no debe ser tomada del todo en serio, ya que en el afán de su provocación deforma la realidad hacia el límite, dotando a sus protagonistas de cualidades y rasgos exagerados. Es una trama difícil de creer, pero fácil de interpretar, que engancha desde comienzo y mantiene en vilo al espectador hasta el minuto final.
Pese a todas sus virtudes, Nightcrawler también tiene flancos débiles, especialmente en lo narrativo. Es una película que transcurre y se concluye a ritmo vertiginoso, a mi gusto dejando ciertos huecos argumentales. Está más que claro que el director ha priorizado el mensaje por sobre la construcción de la historia, destacándose en lo primero y dejando algunas dudas en lo segundo, lo que a mi gusto evita que la propuesta sea completamente sólida.
Nightcrawler es una película original y provocadora que se enfoca principalmente en la caracterización de su protagonista, comprometiéndose enormemente con su mensaje. Es una experiencia disfrutable a la que le falta una vuelta de tuerca en materia narrativa, pero que indudablemente vale la pena verse.