Aullando en las noticias.
La televisión, al igual que todos los medios masivos de comunicación, debería tener un rol informativo y educativo con la finalidad de generar canales de comprensión y comunicación entre los seres humanos. En lugar de esta misión pedagógica, las corporaciones mediáticas han convertido a los medios de comunicación en aparatos con un doble cometido: ideológico por un lado que pretende distorsionar la realidad según los intereses del mejor postor, y el relacionado con los aparatos publicitarios de venta destinados a un público apático y consumista, por el otro.
Dentro de este mundo capitalista del entretenimiento, donde la noticia es un espectáculo de consumo pasivo y fetichista, se ubica la primicia como un sacrificio humano de aquellos que aúllan a la noche. Es en este cosmos indolente donde se sitúa Primicia Mortal (Nightcrawler, 2014), la opera prima del guionista Dan Gilroy como director. La obra retrata el ascenso de un lumpen en Los Angeles a partir del descubrimiento accidental de la necesidad de noticias sangrientas por parte de los canales de televisión para sus noticieros, con el fin de crear una sensación de inseguridad permanente a través de incidentes de violencia que involucran un enfrentamiento de clases, siempre con víctimas de las clases acomodadas.
Para darle vida a esta cirugía de la producción y el consumo televisivo actual, Jake Gyllenhaal interpreta de forma maravillosa y meticulosa al protagonista de esta historia, Louis Bloom, una mezcla de sociópata y psicópata carente de empatía y escrúpulos que acecha al crimen con su cámara amateur en la noche plena de oportunidades para conseguir una promoción en el competitivo mercado televisivo. El lado oscuro de la ciudad de las estrellas del cine es creado con minuciosidad, detallismo y perversión desde el ojo de una cámara que ve el violento nacimiento de las coyunturas del éxito comercial desde sus intersticios más inmorales.
Al atreverse a mirar las salpicaduras de sangre en la cámara, Gilroy nos ofrece una visión sobre la televisión como un complejo empresarial vicioso, representado de forma brillante en el personaje de la productora de noticias, Nina (interpretado con gran ímpetu por Rene Russo), una empresaria televisiva sin ningún tipo de respeto, recato, moral y ética, solo interesada en una perversa lógica comercial plasmada en la búsqueda de historias cruentas para ganar nuevos televidentes.
Indudablemente, el principal acierto de Gilroy se encuentra en la construcción de Bloom como un desempleado que solo busca un trabajo y al no conseguirlo debe improvisar su implacable devenir laboral como un predador, pero también es destacable la extraordinaria conceptualización del trabajo como un proceso social, ya que genera una atmósfera de realismo verdaderamente perturbadora que tensiona la lógica del éxito comercial y sus consecuencias para nuestra sociedad. Primicia Mortal corre de esta manera el velo de la perturbadora noche californiana para posar el ojo en la violencia social y ver el mundo desmoronarse en la apoteosis sociópata norteamericana. La cámara espera aullando en la noche por la sangre espesa que corre lentamente hacia las alcantarillas de las grandes urbes.