Reportero del crimen
Jake Gyllenhall es un chacal que graba con su cámara crímenes y accidentes y los vende a los noticieros de TV.
Una película puede ser una crítica despiadada, y hacer sentir incómodo al espectador no por lo que muestra, sino por la forma en que lo hace.
Primicia mortal ahonda en lo inescrupuloso que es el mundo de las noticias de televisión, mostrando crímenes y accidentes sangrientos. Ese es el fondo. Al frente están quiénes lo llevan adelante, en particular un ladronzuelo que de robar tejidos de alambres, relojes y bicicletas profesionales pasa a comprar una camarita de video, un radio intercomunicador de la Policía (en los Estados Unidos todo se vende) y ponerse a registrar escenas de heridos y muertes, tiroteos y accidentes, para luego venderlas al mejor postor entre los noticieros matutinos de TV de Los Angeles.
Jake Gyllenhaal es de esos actores que uno ve en la pantalla, y no sabe, no puede predecir qué reacción va a tomar, sea en un thriller o un drama. Eso habla bien de él, de su versatilidad a la hora de interpretar distintos personajes, pero también a la hora de elegir los guiones.
Bueno, Gyllenhaal también produce Primicia mortal, por lo que la apuesta del actor de Secreto en la montaña, Zodíaco y El hombre duplicado se multiplica.
Es que da miedito lo que pueda hacer, hasta pensar, Louis Bloom. Es valiente, corajudo, pero a la vez embaucador y se hace el ingenuo. El está allí, en el momento justo y por casualidad la primera vez que descubre el negocio que puede ser llegar antes que nadie a la escena de un crimen. Y sale a cazar noticias policiales. Por 300 dólares vende entrevistas a testigos e imágenes del herido en un tiroteo nocturno.
Louis prepara la toma no sólo con la cámara. Si hace falta, levanta y mueve el cadáver, para que se vea mejor. “Nos gusta el crimen”, le dice Nina, productora de noticias, como para que no queden dudas y fijar posición.
El director Dan Gilroy, guionista de El legado Bourne, que dirigió su hermano mayor, Tony, eligió a su esposa en la vida real, Rene Russo, para componer a esa mujer golpeada por el trabajo, que esconde su vulnerabilidad pero no duda a la hora de jugarse por lo más escabroso y real... si le da una décimas más de rating.
Pero ¿quién es en realidad Louis? ¿Cómo y por qué llega a hacer lo que hace? El progresa, en lo suyo, eso es innegable. No será el sueño americano, pero…
“Un amigo es un regalo que uno se da a sí mismo”, le dice a Nina tras amenazarla con no darle más noticias. Con un final para la polémica, la pregunta más filosa es ¿dónde está el peligro?