“Prometeo” intenta resucitar a “Alien”
Después de tres décadas, Ridley Scott vuelve a la ciencia ficción, género en el que hizo sus dos mejores películas. «Blade Runner» y «Alien, el octavo pasajero», de la que este nuevo «Prometeo» funciona como especie de velada precuela, dado que si bien cuenta una historia nueva con marcianos de otro tipo que el de la famosa franquicia de la Fox, transcurre en el mismo lejano planeta donde en el film original Sigourney Weaver y otros miembros de una nave espacial de carga encontraban al indigesto alienígena.
Luego de un doble prólogo entre místico y pretencioso en el que un extraterrestre crea un mundo, tesis sostenida miles de años después por una pareja de científicos (Noomi Rapace y Loghan Marshall-Green), la película va rectamente al espacio y comienza con el androide Michael Fassbender estudiando a Peter OToole en el film «Lawrence de Arabia», mientras el resto de la tripulación hiberna tal como el espectador lo ha visto en todas las películas de la saga.
Una gélida Charlize Theron, a la que en un momento le pregunta si también es un androide, les muestra a los viajeros un video-holograma donde el anciano dueño de la empresa que financia la misión (un avejentado, irreconocible Guy Pearce) explica que antes de morir estaba decidido a tratar de que la humanidad conozca a su creador, tal como creen la pareja de científicos a bordo de la nave guiados por su mística sed de sabiduría. Pero no hace falta ser adivino para saber que encontraran todo tipo de vida hostil, y que sentirán en el estomago algo más que una fuerte indigestión.
A diferencia de «Alien», una película casi perfecta, en «Prometeo» las fabulosas imágenes de un vuelo creativo antológico están bastante desasociadas de un guión elemental, que por momentos recuerda a las viejas películas clase B con ese tipo de astronautas que exploraban un planeta desconocido sin tomar la más mínima precaución, como si fuera un día de picnic. Al menos, el argumento logra que la película nunca deje de ser entretenida, y por momentos da llegar a escenas realmente espectaculares, intensas y a veces terroríficas, en general sufridas por la excelente heroína Noomi Rapace (al lado de las cosas que le pasan a su personaje, la Ripley de Sigourney Weaver casi estaba de vacaciones).
Otro intérprete que se luce es Michael Fassbender que compone un androide que se parece mas a David Bowie que a los replicantes de «Blade Runner». Pero en todo caso aquí las estrellas no son tanto los actores como las imágenes, con nuevos diseños del ominoso H.R.Giger que bastan por sí solos para recomendar la película, además de una concepción distinta del 3D digital, ya que Scott logra que algunos momentos del guión realmente lo justifiquen y no sea sólo un atractivo visual gratuito.
Al final queda claro que lo que buscaba Scott era volver a dignificar un poco la franquicia de Alien que había sufrido un poco luego de tantas películas y sobre todo de sus dos enfrentamientos con Depredador. El objetivo está logrado ya que, de manera literal, con «Prometeo» renace el viejo y baboso Alien que todos conocemos.