Prometeo

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Muchas veces, y esta es una de ellas, uno va a presenciar un filme con determinadas expectativas otorgadas por varios elementos, en este caso principalmente el nombre del director, el mismo de “Los duelistas” (1977) “Alien, el octavo pasajero” (1979), “Blade Runner” (1982) hasta “Thelma y Louise” (1991), pasando por muchas otras que lo confirmarían como uno de los mejores realizadores de la actualidad. Pero su trayectoria es muy ecléctica y tiene demasiados altibajos.

Sumémosle a las expectativas el nombre del filme: “Prometeo”. De esta variable me hago cargo individualmente. Prometeo es en la mitología griega el Dios Titán que lucha a favor de los hombres, le roba el fuego a los Dioses del Olimpo para traerlo a la tierra, razón por la cual es castigado por Zeus, (¿la antorcha de las Olimpiadas?). En esta producción sólo es el nombre de una nave espacial que no cumple ninguna función específica limitándose a ser el transporte de los personajes. Gran decepción, vuelvo a insistir, para mí.

Por otro lado la inclusión en el reparto de figuras en pleno ascenso como Noomi Rapace, la protagonista de la trilogía sueca de Milenium (2009), Michael Fassbender, Guy Pierce, Charlize Theron., entre otros, apoyarían en gran parte esta cuestión de ir a verla con grandes perspectivas.

El cuento presenta a un grupo de científicos y expedicionarios del futuro en busca de los creadores de la humanidad. Qué encontraran en el espacio, en otros planetas, es todo un misterio.

De lectura inicial rápida, fugaz, superflua, parecería ser un texto antieclesiástico, pero finalmente queda aclarado exactamente lo contrario. Uno de los personajes lo expresa en un momento en que se plantea la cercanía de lo buscado, sin saber que es. ¿Un ser vivo? ¿Un objeto? ¿Alguien tiene que haber creado esto mismo? Respuesta Obvia, Dios. Por ende, y como resultado del cuestionamiento del personaje, Darwin y sus textos a la basura.

El punto es que en principio plantea alguna cuestión filosófica más que interesante, para desvanecerse en el metraje y transformarse en algo hasta del orden de la simpleza extrema, pasando por elementos ya vistos en otra tanta cantidad de filmes como “Even Horizon” (1997), donde se repiten mucho de estos personajes.

Para mantener la atención del espectador el relato abre, y despliega, una infinidad de subtramas, con historias de amor incluidas, deseos personales de los protagonistas, malvados ocultos hasta ultimo momento, pero con la certidumbre que los espectadores no se darán cuenta que nada de todo lo presentado cierra de forma lineal, apacible, posible, o sencillamente por decantación, sino que lo hacen a los apurones.

Todo puesto para finalizar en un Alien que coloca al producto en el lugar exacto para producir, tal como se viene realizando, una precuela de la ya nombrada, la maravillosa “Alien, el octavo pasajero”.

Es verdad que “Prometeo” cuenta en su haber con momentos muy logrados, pero no alcanzan para una mejor calificación. Empero es dable destacar los rubros técnicos, de muy buena factura, el diseño de arte que copia, pero lo hace muy bien, en tanto el montaje clásico es funcional al texto fílmico, con la fotografía y la música en un plano superior dando climas y tensión donde no parece constituirse demasiado firmes estas variables y, por supuesto, las actuaciones que se destacan como lo mejor del filme, principalmente Charlize Theron, quien vuelve a demostrar que es mucho más que una bellísima modelo.