En 1979, un film de aparente ciencia-ficción se publicitaba con una señal de alerta: “En el espacio nadie oirá tus gritos”. Nos estaba diciendo que no se trataba de una mera aventura intergaláctica. “Alien”, dirigida por Ridley Scott, se proponía como una mixtura de géneros. Mezclaba el horror con la anticipación. La tripulación de la nave Nostromo, tras descender en un planeta desconocido, retomaba su ruta con un pasajero no invitado. La criatura hacía estragos entre los tripulantes hasta que la Teniente Ripky conseguía dispararla al espacio. Se sumaron las secuelas y ahora llega la quinta, también dirigida por Scott, en realidad una precuela. Unas excavaciones arqueológicas insinuarían que los humanos fueron creados genéticamente. La nave Prometheus va en procura de esos orígenes. La doctora Elizabeth Shaw comanda la misión y habrá que estar atentos a la relación que se establece con el androide David.