Un viaje hasta los confines del universo para conocer el origen de la humanidad.
En los últimos días, el buzz de Prometeo online fue gigante. Los espectadores que ya la vieron y los críticos no hicieron más que pelearse por la película. Para algunos, es una nueva obra maestra de Ridley Scott, para otros, deja muchísimo que desear y queda a mitad de camino en decenas de cosas. En lo personal, voy a pararme en el medio. Pero vamos desde el comienzo.
Luego de la excelente escena que da comienzo a la película (que no voy a adelantar, el chiste está en la sorpresa), nos ubicamos en el año 2089, donde nos presentan a un grupo de arqueólogos encabezados por Elizabeth Shaw y Charlie Holloway (Noomi Rapace y Logan Marshall-Green, respectivamente) que descubren una nueva imágen en una cueva que continúa un patron visto decenas de veces: un hombre señalando a un grupo específico de estrellas. Con esto, de alguna forma, confirman que alguna vez hicimos contacto, y de hecho redoblan la apuesta, postulando que la humanidad le debe su existencia a estos seres, a los que informalmente llaman Ingenieros.
Años más tarde, en 2093, vemos cómo Holloway y Shaw forman parte de la tripulación de Prometeo, una nave espacial financiada por el empresario Peter Weyland (Guy Pearce avejentado) que viajará hasta la constelación señalada por las pinturas para conocer a nuestros creadores. En la nave también están David (Michael Fassbender), un robot que vivió con Weyland y se convirtió en su mano derecha, Meredith Vickers (Charlize Theron), representante de Weyland en la tripulación y Janek (Idris Elba) el tripulante del Prometeo.
Luego de años en viaje, llegarán a un planeta con atmosfera similar a la de La Tierra, en donde encontrarán una construcción en la cual podrían esconderse los secretos que están buscando. Pero apenas llegan, se dan cuenta que algo malo sucedió allí, y si se quedan mucho tiempo, eso mismo podría sucederles a ellos.
Prometeo (Prometheus, 2012) es la primera aproximación de Ridley Scott al universo de Alien desde 1979, cuando estrenó la película que daría el puntapié inicial a una franquicia de varias entregas y hasta crossovers, como Alien Vs. Depredador. Durante todo el tiempo, se menciona a Prometeo como una precuela de Alien, y esto es tan cierto como falso. Es decir: Hay muchos elementos que son parte del universo Alien, pero es difícil mencionarlos sin spoilers. Desde el vamos, el hecho de que la compañía que sacó al Prometeo al espacio sea Weyland, y que nuestros Ingenieros sean de la misma raza que el misterioso Space Jockey visto en la primera entrega de la saga Alien ya nos deja en claro que estamos en el mismo universo, unos 30 años atrás. Ahora, la gran diferencia de Prometeo, en donde planta una bandera, es que puede funcionar como una saga en si. Esta es la historia de los Ingenieros, no de los Xenomorphs, pese a que los guiños sobran. Si se hace, como se está diciendo, una saga de Prometeo, el camino que tomarán será distinto, y hasta paralelo al de Alien. Aquí la curiosidad va por otra parte, por un debate teosófico que enfrenta a los hombres de ciencia con los hombres de fe, y no solo eso, sino que también cuestiona la mismísima fe de los creyentes, aunque -como verán en la película- eso depende de muchos otros factores.
La película tiene tres grandes problemas, que incluso pueden subdividirse en más, pero vamos a generalizar. Por un lado, los climas de la película cambian rotundamente. Parecen dos obras distintas pegadas, ya que al comienzo es todo suspenso y ciencia ficción, y luego nos captura una sensación "Alien" de la que es difícil salir, más cercana al terror y hasta al gore. Por otro lado, las preguntas sin respuesta y las cosas que suceden porque sí pueden irritar al espectador. Esto no es de extrañarse, viendo que el guión viene de la mano de Damon Lindelof, uno de los escritores de Lost, que siempre dijo que solucionar las incógnitas no era lo que más le interesaba en los argumentos. Y está bien, podemos negociar con eso porque sabemos que si hay una saga, habrá respuestas. Algunas al menos. Pero con las cosas que suceden porque sucedes en difícil convivir, y ahí está el verdadero punto flojo de Prometeo. Otro inconveniente es el elenco, que más allá de Noomi Rapace, Idris Elba, Charlize Theron y el magnífico Michael Fassbender que hace suya la película, no aportan nada y, de hecho, no nos interesan en absoluto. Ni siquiera Weyland, que encarna uno de los mayores misterios de la película, se convierte en alguien con quien podamos congeniar.
Otra cosa a tener en cuenta es el 3D. Verdaderamente vale la pena pagar un poco más para ver Prometeo con los anteojitos. Ridley Scott se convirtió en un nuevo gurú de esta tecnología, ya que pocos (casi nadie) realizaron un trabajo tan fino y bello a la vista como lo que se hizo en esta cinta.
Si van a ver la película, lo mejor que pueden hacer es no pensar en Alien, eso los tirará abajo, ya que en general son historias muy distintas. Prometeo es una gran película de ciencia ficción con un puñado de fallas, que pueden mejorar o empeorar a lo largo de la saga. Claro, pensar en dejar cosas mal para arreglarlas "después" suena a flojo, pero hoy en día el mercado funciona así y, de nuevo, hay que negociar ciertas cosas si queremos disfrutar el cine. Y Prometeo, sin dudas, es un gran ejemplo de cine para disfrutar y, sobre todo, para debatir, ya que los fanáticos de armar teorías amarán las posibilidades que les deja la película.