No es otra tonta película de espías
El director Daniel Espinosa arma un thriller apasionante, con personajes al borde de la paranoia por el vértigo y la tensión a la que se ven sometidos. Intriga, suspenso, afectos y traición por partes iguales hacen de esta una buena muestra del género de acción que apunta a sacudir al espectador mostrándole el mundo de la CIA por dentro.
A veces, en la vida y en el cine las cosas no son lo que parecen. Y menos en el mundo del espionaje. Es este un terreno apto para que florezca el contraespionaje. Quizá en una frase, a minutos del final, pronunciada por el actor que encarna al subdirector de la CIA que tiene como destinatario al joven agente Matt Weston, esté resumido el guión del filme. "La gente ya no quiere la verdad. La asusta y no la deja dormir", pontifica.
Entonces prepárese a vivir 115 minutos de vértigo, equivalente a mirar el vacío desde lo alto de una empinada torre. Ese es el sentimiento que lo acompañará. No busque con la mano al costado de la butaca porque la de cine no tiene cinturón de seguridad para acompañar en su periplo al novato Matt Weston, personificado por Ryan Reynolds. Es un simple cuidador de una "casa segura", de allí el título "safe house", suerte de apart hotel de la tortura. El joven Matt está harto de la monotonía de Ciudad del Cabo. Sólo el amor de su novia francesa parece obrar como cable a tierra. Pero a veces, de tanto imaginárselas, las cosas se hacen realidad. Y un día el simple telefonista de la "casa segura" recibe una llamada que lo sobresalta. Le anuncia que recibirá un huésped famoso y temido. Un ex agente, que salió de la CIA y decidió vivir la vida traficando información con los servicios secretos de otras potencias. Un tal Tobin Frost, a quien da vida Denzel Washington. Pero el ansioso Matt Weston no sabe lo que el destino le tiene preparado. Nada sucederá como él lo soñó desde que Frost llegue a "su" casa. Una cámara enloquecida lo obligará a pasar por lo que nunca se pudo imaginar. Presenciará torturas, se encontrará en peleas, tiroteos sangrientos, se verá obligado a conducir un auto -llevando a Frost en el baúl- como poseído por las calles.
Habrá explosiones, autos destruidos, asesinatos y luchará por su vida a cada paso. Matará, escapará y sufrirá hasta lograr unir sus fuerzas con el agente traidor. Acción a un ritmo increíble, buen manejo de los planos y un aprobado en la dosificación del suspenso convierten a este filme en un entretenimiento mayúsculo. Denzel Washington suma otra actuación para el recuerdo.