Acción y tensión
Buen thriller Con Denzel Washington y Ryan Reynolds.
Matt está algo aburrido. Está a cargo de una casa segura en Ciudad del Cabo, un eufemismo para denominar lugares hiperrecontra seguros en los que alguna agencia del gobierno de los EE.UU. lleva a prisioneros para, ejem, interrogarlos. Matt no le cuenta nada de su trabajo a su novia francesa, y habla a la distancia con su superior (Brendan Gleeson), porque necesita un cambio. Quiere más acción.
Y vaya que va a tenerla.
Protegiendo al enemigo cambia drásticamente apenas cinco minutos de comenzado el relato. Un renegado de la CIA, Denzel Washington -que de Día de entrenamiento al presente demuestra que los roles de maldito le caen mejor que los de héroe-, consigue una información comprometedora para sus ex jefes. Y, siendo acosado, termina ingresando a la embajada estadounidense en Sudáfrica. Deciden trasladarlo a la bendita casa segura donde Matt lo recibe. De allí no podría escapar, ni tampoco los malos de turno secuestrarlo.
¿O sí? La acción trepidante y las vueltas de tuerca son el plato que mejor sirve el director chileno Daniel Espinosa. Para tener al espectador al borde de cada situación extrema que plantea el filme, es necesaria una edición, un montaje rápido y efectivo, y un manejo de cámaras acorde. Sobre esos dos pilares se asienta la narración de Espinosa.
Que ambos personajes puedan pasarse 72 horas sin dormir y continuar peleando como si salieran del banco de suplentes es sólo un dato menor. Lo que cuenta es el entretenimiento, los choques de automóviles, las balaceras, las peleas cuerpo a cuerpo, ese ritmo del que hablábamos antes y la atención y tensión que se genera desde la pantalla.
Acompañado en el elenco por Sam Shepard, Vera Farmiga y Liam Cunningham, Ryan Reynolds es el carilindo con buenas intenciones que nunca falla en un producto de Hollywood, como contraposición o sobrepeso del personaje de Washington. Uno experimentado, otro un aprendiz -como en D