La guerra fría según Spielberg.
La última década en la cinematografía de Spielberg no ha sido del todo célebre. Sin necesariamente hacer películas malas (a excepción de la última Indiana Jones), el director no había logrado en más de diez años alcanzar ese umbral de excelencia que supo apuntalarlo como uno de los mejores realizadores de la historia del cine. Bridge of Spies rompe esa tendencia y demuestra que el amo y señor del cine sigue más vigente que nunca.
Cuando Spielberg quiere contar una historia que le apasiona, es inigualable. Bridge of Spies, por supuesto, consta de esa perfección cinematográfica tan característica en la filmografía del director. Fotografía milimétrica, planos elocuentes, edición creativa y filtros de imagen acordes con la época. Pero por sobre todos los detalles técnicos, el enorme mérito del filme proviene de un guion fantástico, que atrapa al espectador y no lo suelta durante casi dos horas y media. Spielberg no sólo triunfa en narrar soberbiamente una serie de hechos increíbles e inspirados en la vida real, sino que también consigue retratar, y en ocasiones ridiculizar, una época tragicómica de la historia mundial.
Bridge of Spies no es una entrega más, sino una de las mejores películas que he visto acerca de la guerra fría en mi vida. Sin dudas es, también, la mejor película del director desde Munich. Steven Spielberg vuelve a demostrar su versatilidad y su compromiso no sólo para con el cine, sino también para con la historia.