LA ÚLTIMA FRONTERA
Viajar a tierras inhóspitas tiene ese encanto de encontrarse a uno mismo en lo desconocido. Películas como Into the wild de Sean Penn o La increíble vida de Walter Mitty de Ben Stiller avivan ese fuego de dar ese salto y arriesgarse, “que todo fluya”. Fuego que dura hasta la primera de cambio, cuando nos damos cuenta que ya no tenemos wifi para publicar nuestra aventura en redes sociales, vamos a reconocerlo.
El sur argentino tiene ese atractivo, sobre todo por su extenso territorio y pocos habitantes (dos por kilómetro cuadrado). O como cuenta uno de los protagonistas del documental Puerto Almanza: “la mayoría de los que llegamos a Tierra del Fuego, llegamos por trabajo o huyendo de la ley”. Almanza es la región más austral del territorio argentino, una población de cien habitantes que en su mayoría se compone de personas dedicadas a la pesca y de viajeros a los que se les terminó el mapa. En el paisaje fueguino, sus directores, Juan Pablo Lattanzi y Maayan Feldman, recalcan las historias de los pobladores, sobre todo de dos: Rolo y Santiago.
El primero es un padre de cuatro hijos que se instaló en el poblado, con una promesa de trabajo que nunca tuvo. Reclama para que Almanza tenga una escuela y nos relata su historia de mochilero, siendo joven. Por su parte, Santiago, el personaje más interesante, es un hombre que dejando atrás su adicción por el juego, se aleja de los casinos hasta el fin del mundo. En la cámara, encuentra un espejo con el que dialoga con sus errores: su poca relación con su padre, el abandono y reencuentro con su hijo, la vida en prisión, y su pasatiempo como escritor de zambas y poemas.
Un poblado cuyas casas han sido construidas por el desecho de otras o aprovechando la madera del bosque, al igual que sus habitantes, construyendo sobre lo que han vivido y adaptándose al entorno. Una fotografía que no invade el lugar y entra en tono con el paisaje pasivo, territorio conocido por su director, Guido De Paula (La cárcel del fin del mundo). Aprovechando los distintos climas que atraviesa el lugar, siendo la cámara un turista respetuoso.
Puerto Almanza es un documental que presenta algunas historias, que imaginamos mientras viajamos por la ruta de noche, y observamos aquellas luces en soledad. Pensando en las personas que habitan en la nada, y aquí, en uno de los lugares más recónditos del mundo.
Desconozco si Rafaella Carrà tiene razón de que en el sur se encuentra un buen amor, elijo creerle. Pero dicho lugar, rodeado de un paisaje natural y alejado de la jungla del asfalto, es una invitación a un nuevo comienzo.