De obsesiones y piratas
Punto ciego (2016), ópera prima de Martín Basterretche, tiene un comienzo promisorio pero a medida que pasan los minutos se pierde el suspenso inicial.
Además de ser el debut como director de Basterretche, Punto ciego (2015) es también el debut actoral de Álvaro Teruel, uno de los integrantes de Los Nocheros. El cantante interpreta a Ulises, un joven director que filma todo lo que sucede en una esquina frente a su casa en la ficticia localidad costera de Santa Sofia del Mar.
La rutina de Ulises se altera cuando conoce a Marina (Corine Fonrouge), la protagonista perfecta para su película experimental. De pronto se ve inmiscuido en el medio de una intriga que incluye a piratas y a una organización que lucha para atraparlos desde las sombras. Con la ayuda de Gastón (Luis Longhi), un periodista obsesionado con los piratas, comienzan a investigar la conexión entre Marina y estas fuerzas antagónicas.
Punto ciego tiene reminiscencias de Blow Out: El sonido de la muerte (1981) de Brian De Palma donde John Travolta interpreta a un ingeniero de sonido que es testigo de un “accidente” donde muere un candidato a la presidencia de los Estados Unidos.
Como en aquella película, Ulises se ve inmerso en una intriga que va más allá de su entendimiento pero en este caso el suspenso que se construyó en la primera parte de la cinta se diluye hacia el final donde la resolución no está a la altura del comienzo de la película.
Sin embargo, Basterretche crea una atmósfera interesante y cargada de misterio. Para esto se apoya en la música compuesta por Federico Mizrahi y Fernando Rabih y en los constantes sonidos que provienen del puerto y de la vida diaria de la ciudad. Este es el mayor mérito del director que apuesta por un genero poco habitual en producciones nacionales.