Un joven agente del FBI, Johnny Utah (Luke Bracey), se infiltra en un malicioso grupo de atletas en busca de desafíos comandado por el carismático Bodhi (Édgar Ramírez). Se sospecha que los atletas en cuestión también son responsables de una ola de crímenes que vienen llevándose a cabo de maneras extremadamente inusuales. Totalmente de incógnito y con su vida en peligro inminente, Utah intenta probar que ellos son los arquitectos de esta serie de crímenes inconcebibles.