Punto muerto: Audaz homenaje de un director fascinado con el género.
Presentada en el 33° Festival de Mar del Plata y luego en el Buenos Aires Rojo Sangre, Punto Muerto (2019) es el nuevo policial de Daniel de la Vega que homenajea a los grandes clásicos del género, tanto de la literatura como del cine.
En el imaginario popular, esta obra remite a las historias de Edgar Allan Poe, Sir Arthur Conan Doyle o Agatha Christie. Esta premisa supone una película arriesgada en la que el espectador se deja llevar por la estética, toda filmada en blanca y negro, la música orquestal, los títulos del comienzo, dejando paso a la acción que en sus 77 minutos se logra con creces.
Décadas de 1940 o 1950. Luis Peñafiel (Osmar Núñez) es un escritor de novelas policiales que logró su fama a partir de su recurrente personaje, Boris Domenech, un detective ciego que resuelve los casos de sus historias. Peñafiel es invitado a una convención literaria en un hotel, al que llega en tren. En ese viaje se encuentra con Edgar Dupuis (Luciano Cáceres), un crítico cítrico que no tiene problema en despellejar a quien lea. Allí también coincide con Lupus (Rodrigo Guirao Díaz), un escritor en ascenso que admira profundamente al escritor.
Los tres hombres llegan al hotel donde los recibe su dueña (Natalia Lobo), otra fiel fanática de Peñafiel – tanto que su gato negro se llama Boris-. Después de la primera noche, ambos escritores encuentran un cadáver en la habitación cerrada por dentro, clásico enigma del género que Peñafiel ha utilizado en su última obra. A partir de este momento deberán averiguar qué sucedió.
Osmar Nuñez (Relatos salvajes- 2014, Los padecientes – 2017) protagoniza la película como Luis Peñafiel, el escritor atormentado, y lo hace a la perfección. Rodrigo Guirao Díaz (Hasta que me desates, 2017) continúa desafiando los límites del “chico lindo” para ganarse un lugar en la pantalla grande. Luciano Cáceres (El hijo, 2019) muy versátil en sus interpretaciones, aquí lo demuestra una vez más. Natalia Lobo como femme fatale, Diego Cremonesi y Daniel Miglioranza acompañan muy bien.
Daniel De la Vega, referente del cine de terror y comedia negra por títulos como Hermanos de sangre (2012), Necrofobia (2013) y Ataúd blanco (2016), ahora pone su atención en el policial, homenajeando a los grandes autores. El resultado es una película de narrativa clásica, sobre detectives, donde el gancho está en hacer que el espectador intente adivinar quién es el criminal dentro del hotel, y eso se disfruta mucho.
La precisión que De la Vega le imprime a Punto muerto (2019) es inigualable, los planos parecen de otra época (no una recreación), los detalles de vestuario y peinados son exquisitos. La fotografía a cargo de Alejandro Giuliani realza la película logrando encierro en pocas locaciones y todo en blanco y negro, refiriendo al clásico film noir.
De la Vega homenajea al policial clásico, como nunca en Argentina, con total respeto por el género. Con un guion sólido, la película funciona llena de enigmas a resolver, buenas actuaciones y giros inesperados. Los clichés son aplaudidos de pie en el juego dialéctico del gran director con el policial clásico.