Director de films de terror y fantástico (Necrofobia, Ataúd blanco), Daniel de la Vega incursiona, con Punto Muerto, en el misterio clásico y el cine negro. Con un anclaje literario aquí: un escritor de novelas policiales, Peñafiel (Osmar Núñez) llega a un encuentro con lectores llevando su nueva novela, en la que resuelve el misterio de la habitación cerrada, una de las obsesiones en torno del crimen perfecto. Lo rodean un crítico feroz, capaz de pulverizar su obra (Luciano Cáceres) y un escritor joven que lo admira y ha leído todos sus libros. Pero en paralelo a ciertas ideas del papel, habrá un crimen y Peñafiel parece sospechoso.
En blanco y negro, y en ambientes cerrados, con actores que parecen estar pasándolo bien, el puñado de personajes jugará un juego de enigma que bebe de fuentes conocidas, las guiña y homenajea. Mientras la historia, una vez aceptada su propuesta algo excéntrica, funciona y entretiene.