Los giros narrativos, el imaginario mundo del hampa, las situaciones bizarras y la inteligencia del director para construir el film con recursos prácticos, son las principales virtudes de Punto Rojo. Nicanor Loretti vuelve a demostrar ser el director argentino indicado a la hora de buscar entretenimiento cinematográfico, con un cóctel de diversión y violencia que va en todo momento al grano para que la pasemos de fiesta en el cine.