No todo lo que brilla es oro
Desde el vamos, ¿Qué pasó ayer? 3 denota la ausencia del carácter resacoso, el descontrol, la idea del título del filme. Mal presentimiento: acá no hay ningún disparador de boda, despedida de solteros, un despertar en situaciones hilarantes o fotos locas al final de la película. No, como si fuese una película aparte, lo nuevo de Todd Phillips (también a cargo de las precuelas) se centra en la figura del barbado Alan (Zach Galifianakis) quien busca ser intervenido por su familia debido a su particular comportamiento donde no le importa nada ni nadie. No madura con sus 42 años viviendo junto a sus padres. ¿O cómo entienden que se compró una jirafa de puro gusto y la decapita por error en una autopista produciendo una serie de choques al mejor estilo Destino final?
Un motín carcelario en cámara lenta (que recuerda al hit de YouTube Harlem Shake) ambienta el escape de un preso muy especial: el histriónico y sobreactuado Mr. Chow (Ken Yeong) apresado en Bangkok, la capital tailandesa donde se desarrolló el festín de la parte dos. No quieran saber cómo hace este oriental para secuestrar 21 millones de dólares en lingotes de oro, o entrar a una terrible mansión custodiada solo por dos perros y alarmas vulnerables.
En esta ocasión, Phil (Bradley Cooper), Stu (Ed Helms), Alan y Doug (Justin Bartha), sufren el secuestro de este último a cambio de la cabeza de Chow y el oro robado. Todo está digitado por el malvado Marshall (John Goodman) de lo mejorcito de este filme sin sentido donde la troupe fiestera debe dar con su ¿amigo? estafador. ¿En dónde? sí, en Las Vegas, la ciudad del pecado de la que ellos esta vez quieren escapar. Los excesos parecen que les provoca alergia.
Con toques heavies en la banda sonora (caso Mother ´93 de Danzig) y el Caesars Palace como epicentro -donde Mr. Chow arma una estroboscópica fiesta más cercana al sueño que a la realidad-, el trío hace lo imposible para atraparlo y sufren sus habilidades en escalada y hasta en el uso del ¡parapente!
Si queremos rescatar algo, los flashbacks hacia las precuelas (la aparición de la embarazada stripper Jade y el ya crecidito Carlos) o el romance entre Alan y Cassie (Melissa McCarthy), una empleada de una casa de empeños, con la escena del chupetín y el comentario sobre la “tensión sexual” del momento.
¿Qué pasó ayer? III escapa de su esencia, quiere sofisticarse y pierde la brújula por no recaer en lo básico: hacer reír desde el exceso. Es el fin.