Protagonista sin antagonista.
Que sea Ley (2019) nos sumerge en el corazón de la Campaña por la legalización del Aborto, representada con el pañuelo de color verde. Transmite la esperanza de que su movilización haya dado a luz en Argentina como en otros lugares. Sin embargo, no aporta novedades ni habilita un diálogo diferente sumando una mirada contraria, el punto de vista de los llamados pro-vida, representados por el pañuelo azul, tocando de manera superficial esa postura. Invitarnos a otro tipo de planteo, hubiese sido muy interesante y un gran acierto.
Juan Solanas -hijo del cineasta y senador Fernando “Pino” Solanas-, relata a través de este documento, la incesante batalla de miles de mujeres. En 2018, se debatió un proyecto de ley de aborto legal que dividió al país. Después de una victoria en la Cámara de Diputados, pero antes del voto definitivo en el Senado. El documental refleja una clara postura, con testimonios de víctimas y de mujeres que lideraron esta lucha. En Argentina, el aborto está prohibido, una mujer muere cada semana como resultado de la clandestinidad. El 14 de junio de 2018, los diputados dijeron “sí” a la legalización. El 9 de agosto, por 38 votos contra 31, el Senado rechazó el proyecto de ley. Durante ocho semanas, el proyecto ha sido objeto de debates en el Senado, pero también en las calles, donde decenas de miles de activistas a favor del aborto han demostrado defender este derecho fundamental.
Testimonios, marchas, debates en el Senado, crueles realidades de mujeres de ciertos lugares del país, forman parte del contenido del documental; no obstante, no es algo que no hayamos visto en los noticieros. Sin lugar a dudas, esta joven revolución, se trata de un gran logro y avance histórico. La buena noticia, es que es cuestión de tiempo la legalización del aborto. Quizás se esperaba escuchar la otra voz, a la otra fuerza, para así aportar a un debate constructivo ante este verdadero dilema ético.
Excluir del documental una posición contraria, no apuesta a una seria reflexión con respecto al tema; sin tomar en cuenta, posiciones intermedias y alejándose del consenso. Precisamente, tratándose de un tema tan sensible y hablando de amor y de vida, provocar enfrentamiento y quizás sentir una imposición, puede ser violento e incitar al rechazo. Más allá de la grieta política y las diferentes posturas tomadas con respecto al tema, escuchar sólo una campana, se aleja de la libertad de expresión y pensamiento independiente. Para lograr una solución de raíz, probablemente, sería positivo, cambiar el eje de la discusión.