El documental de Juan Solanas, que tuvo su première en el marco del Festival de Cannes, en mayo, tal vez no ofrezca mucho nuevo para el público argentino. Los debates en el Congreso y la campaña por el Derecho al aborto seguro, legal y gratuito del año pasado siguen frescos, y lo que hace el realizador es entrevistar a lo largo y ancho del país, a mujeres que sufrieron por realizarse abortos clandestinos, o a familiares de quienes murieron por realizarse uno (el caso de Ana María Acevedo, en Santa Fe, por dar un ejemplo) y ser mal atendidas.
Las reacciones fuera de nuestro país son distintas. Muchos espectadores no pueden creer que aquí aún se debata una ley por el aborto.
Pasan por la pantalla referentes del movimiento feminista en la Argentina, hay mucho color de las marchas, hablan abogadas, médicas, y hasta religiosas, además de aparecer rostros muy conocidos, como los de Dora Barrancos, Martha Rosenberg, Muriel Santa Ana y Claudia Piñeiro. Como la actitud, la apuesta de Solanas es clara, marcada y a favor de una postura -ya desde su título-, no hay mucho espacio ni minutos para los Celestes, los que están “a favor de las dos vidas”, que obviamente no estarán contentos con este registro.
Solanas intenta ser movilizador, y lo consigue, aunque le da cierta estructura y manejo didáctico a las imágenes que tomó con su cámara al hombro. Es un filme militante que aprobarán los Verdes en una sociedad como la nuestra, que tiene posiciones tomadas, y que ojalá aporte al debate.