El documental intenta mostrar una realidad, entre debates en el Congreso y la campaña por el Derecho al aborto seguro, legal y gratuito. Hay opiniones de médicas, abogadas y religiosos, entre otros. Allí muestra el dolor y sufrimiento por no contar con una ley, donde chicas mueren por hacerse un aborto clandestino, hasta llegan a utilizar agujas de tejer, mostrando algo similar a como se trata el tema del aborto en la película “Si estas paredes hablaran” (1996), con pastillas, con perejil, expuestas a cualquier cosa por no contar con dinero o no tener la formación necesaria para pedir ayuda.
El director no solo muestra manifestaciones de quienes están a favor del Derecho al aborto seguro, legal y gratuito, sino que también muestra las marchas a favor de “las dos vidas”. Realiza un recorrido por distintos lugares de país y pone a cámara aquellas que perdieron hijas, hermanas, madres, amigas por un aborto clandestino.
El documental presenta distintos casos, como el de Ana María Acevedo, de 19 años madre de tres hijos, que tenía un mes de embarazo y le diagnosticaron cáncer de mandíbula, esto significaba un fuerte riesgo para el embrión y riesgos para la joven. Los médicos por su religión se negaron a practicar un aborto, pasó el tiempo y a los cinco meses de gestación le debieron realizar una cesárea, a las pocas horas fallece el bebé y a las pocas semanas la mujer, quedando una familia demolida. También se muestran otros hechos, además de la hipocresía y la doble moral de ciertos profesionales y políticos, entre otros. Este film fue presentado en el Festival de Cannes y recientemente fue ganador del premio Otra Mirada de la TVE en San Sebastián.