Grandes actores para reverdecer una pasión
Despues de 31 años es difícil mantener la pasión en un matrimonio. A pesar de los excelentes intérpretes, a esta comedia la pasión tampoco es precisamente lo que le sobra.
En todo caso, la premisa es divertida: Meryl Streep es la esposa que cree que puede mejorar la alicaída relación con Tommy Lee Jones, su marido de toda la vida. La rutina los tiene acorralados, siempre desayunan lo mismo, y él casi siempre se queda dormido mirando algunos de los programas deportivos más aburridos que pueda ofrecer la televisión. Dispuesta a hallar una solución a su problema, la protagonista encuentra un libro de autoayuda titulado algo así como «Consiga el matrimonio que siempre quiso», escrito por un experto en la materia. Pero, considerando que con el libro no sería suficiente en su caso, ella lleva las cosas más lejos al punto de pagar un costoso viaje para ser asistidos personalmente por el experto matrimonial del caso, encarnado por el comediante Steve Carell.
Al principio, la película luce realmente bien, sobre todo cuando la mujer debe convencer a su conservador marido de ir a mejorar su matrimonio. Verlo a Tommy Lee Jones en este tipo de comedia es una buena oportunidad para apreciar su versatilidad como actor ya que, por esas cuestiones del marketing hollywoodense, sólo suele obtener papeles rudos en policiales o comedias de acción o ciencia ficción, como la saga de «Hombres de Negro». Aquí brilla en muchas escenas, mientras Meryl Streep, lamentablemente, tiene un papel escrito muy por debajo de sus posibilidades. Algo por el estilo se podría decir de Carell, que por algún motivo tiene que jugar su personaje de una manera demasiado medida y sobria, quitándole fuerza a todas las posibilidades humorísticas del asunto.
Así es que hay algunos momentos cómicos, y algunos intentos de gags más incómodos que realmente reideros, especialmente cuando la pareja intenta algún tipo de acercamiento íntimo no acostumbrado. Una película con estos actores no puede dejar de tener momentos de interés, pero al final lo que está claro es que todo esto daba para bastante más.